CAPITULO 12

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Dos meses después de volver de New York Klaus se encontraba frente a un lienzo pintando en su estudio de pintura en su gran mansión de New Orleans cuando Marcel irrumpió en la habitación a toda prisa. Klaus se giro a mirarle con el ceño fruncido sin entender porque entraba de esa manera y observo como el moreno de ojos negros se paraba frente a el con una mirada seria en su rostro.

-¿Se puede saber a que vienen esas prisas Marcellus?-dijo el rubio cobrizo llamándolo por su nombre completo.

Si había algo que Klaus odiaba era que le interrumpiesen mientras estaba pintando, y mas cuando estaba inspirado como en ese momento, miro al moreno escuadriñandole en busca de una respuesta, sin embargo al ver que este no decía nada hizo un gesto con su mano libre instándole a hablar.

-Llevo días llamándote y no respondes Klaus ¿Se puede saber porque?-interrogo el hombre frente a el elevando una ceja.

-He estado ocupado pintando-dijo el rubio simplemente mientras ponía su pincel lleno de pintura en la pequeña mesita que había a su lado a la derecha y removiéndolo para quitar la pintura de el.

-¿Esa es tu excusa para no dar señales de vida?-Marcel le miraba interrogante.

-No es una excusa, por si no lo recuerdas me dedico a pintar así que es lógico que no haga caso a nada mas cuando lo hago-dijo limpiándose las manos llenas de pintura con un trapo que cogió de la pequeña mesa.

-Antes por lo menos estabas pendiente del móvil para estar al tanto de lo que pasaba con tus negocios-dijo el  moreno sentándose en el sofá que estaba en el lado izquierdo de la habitación de espaldas a la puerta.

-Dime ya a que has venido y déjate de rodeos Marcel-dijo Klaus mientras se acercaba al minibar que había en la habitación y sacaba una botella de bourbon y dos vasos.

-La galería esta lista, los obreros y los decoradores quieren sus cheques, necesito que los hagas y los firmes-dijo el moreno aceptando el vaso de bourbon que Klaus le tendía.

-Bien los tendré preparados para esta misma tarde y te llamare para que pases por ellos, ¿algo mas?-dijo sentándose al lado de Marcel.

Marcel era su socio y se encargaba de llevar las cuentas y las galerías de Klaus, de organizar los eventos y galas, y también las fiestas privadas que este daba de vez en cuando en el complejo que tenía en el centro de New Orleans; así como de administrar el dinero y pagar a los empleados de las galerías.

-Si, Cami me dijo que no has ido a verla desde que llegaste ¿Por qué?-pregunto dándole un trago al liquido en su vaso sin apartar la mirada de su amigo.

-Nada en particular, simplemente e estado muy ocupado y tampoco me apetecía-respondió encogiéndose de hombros indiferente.

-Creí que te gustaba, pensé que tenían algo-dijo Marcel frunciendo el ceño desconcertado.

-Camille solo es mi terapeuta Marcel, hablo con ella cuando me apetece desahogarme y últimamente no e tenido nada por lo que ir-dijo dándole un sorbo a su copa.

-Bueno eso dices tu porque desde que llegaste no estas igual, vives encerrado Klaus-Klaus se levanto y se acerco al caballete donde estaba el cuadro a medio pintar.

-Tonterías estoy  perfectamente-dijo el negando lo evidente.

-Si sabes que le gustas a Camille ¿no? lleva años enamorada de ti-dijo el moreno observando a su amigo dar vueltas por la habitación.

-Ella sabia que yo tenia una aventura con Genevieve antes de ir a New York y jamás la di esperanzas de que fuese a pasar algo entre nosotros...¿A que vienen todas estas preguntas Marcellus? ¿Acaso Cami te envió a interrogarme?- pregunto el rubio a punto de perder la poca paciencia que le quedaba.

-Ella solo esta preocupada Klaus, lleva años tratándote y jamás has faltado durante tanto tiempo a vuestras terapias-dijo el moreno aceptando que una de las razones de su visita era porque Camille le había enviado ya que a ella no la atendía.

-Bueno pues dile que me encuentro perfectamente y si no hay nada mas que tratar puedes irte-dijo dándole la espalda y bebiendo el bourbon que quedaba en su copa de un trago sintiendo el agradable sabor del bourbon quemando en su garganta.

-Te conozco Klaus soy tu mejor amigo y uno de los únicos que te soporta y se que hay algo que no anda bien en ti desde que volviste de ver a tu hermano-dijo el moreno levantándose y acercándose un poco a Klaus que seguía al lado del caballete de espaldas a el.

-No sigas insistiendo Marcel, te lo advierto-espeto el rubio entre dientes apretando el vaso vació en su mano derecha.

-Nos conocemos desde pequeños Klaus y sabes que puedes confiar en mi ¿Esto trata sobre Anya?-dijo el moreno soltando un suspiro al ver como la espalda de su amigo se tensaba ante la simple mención del nombre de la chica.

Marcel y Klaus se conocían desde pequeños, ambos se habían criado y conocido en Mistyc Falls, y al igual que Anya el moreno era prácticamente uno mas en la familia Mikaelson. El y Marcel habían sido inseparables desde el día que se conocieron cuando ambos tenían diez años y cuando cumplieron los dieciocho años los dos enviaron su carta para la universidad de New Orleans, deseando largarse de Mistyc Falls cuanto antes y desde entonces todo lo que habían logrado, lo habían logrado siempre con la ayuda del otro, Marcel era su mano derecha, su amigo y su socio; al igual que Klaus también era el mentor del moreno,siempre había sido el ejemplo a seguir de Marcel, quien siempre había admirado la fuerza de Klaus y su forma de no rendirse ni doblegarse ante nada ni nadie, persiguiendo sus objetivos hasta tenerlos entre sus manos y también la forma de acabar con sus enemigos con un simple chasquido de sus dedos.

-No te conviene seguir por ese camino por muy amigos que seamos Marcel, créeme-Marcel dio un suspiro seguido de un asentimiento de cabeza rindiéndose, sabía bien que no conseguiría sacarle nada a Klaus si el no quería.

Klaus giro su cabeza hacia la izquierda observando el cuadro a medio pintar que reposaba sobre el caballete, observo la figura femenina en el cuadro haciendo que sus pensamientos volasen hacia la mujer que había conseguido sacudir su vida con tan solo una mirada, ella era la razón por la que se había ido de New York y en parte también la razón por la que se fue de Mistyc Falls tantos años atrás, sabia que Anya merecía algo mejor que el, también sabía que ella quería mas de el, que se había dado cuenta de los secretos que ocultaba y es que no sabia como pero aquella mujer conseguía ver a través de el como ninguna otra, el podía sentir como le traspasaba con la mirada cada vez que posaba sus ojos marrones sobre su figura, pero el no podía darle lo que ella buscaba, porque el no tenía nada que ofrecer y solo conseguiría hacerla daño de una u otra manera, porque no podía corresponder sus sentimientos, aquellos sentimientos que el había visto reflejados a través de sus ojos nublados por las lagrimas aquella fatídica noche en la puerta del local donde se celebraba el cumpleaños de su hermano; aparto su mirada rápidamente del cuadro y se giro a ver a Marcel deseando dejar de pensar en la mujer de rostro angelical que le hacia sentirse como si el fuese el diablo queriendo atraparla en su infierno.

-¿Necesitas algo mas o ya esta todo?-pregunto el rubio desesperado por sentarse en la silla de su despacho y beber hasta dejar de pensar en la joven de cabellos negros.

-Si, solo falta que me digas el nombre para la nueva galería para que lo preparen y lo pongan en la entrada-dijo el moreno viendo un destello de contradicción reflejada en los ojos de Klaus.

El rubio pareció debatirse mentalmente por unos segundos hasta que desvió su vista hacia el cuadro una vez mas y luego la poso de nuevo en el moreno frente a el antes de decir el nombre para la galería sorprendiendo a Marcel en el proceso.

-Anya The Devil's Angels-dijo mientras la comisura derecha de su labio se elevaba formando una sonrisa de lado en sus carnosos y rosados labios.

THE WAY YOU SAY "LOVE" {KLAUS MIKAELSON}Where stories live. Discover now