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𝒏𝒂𝒓𝒂𝒏𝒋𝒐

𝒏𝒂𝒓𝒂𝒏𝒋𝒐

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𝟥𝟥.𝟢𝟥.𝟤𝟢

sonreía de manera incómoda mientras lo veía servirnos las dos copas de vino que estaban en nuestras manos, la noche estaba estrellada, y faltaban pocos minutos para que la luna se hiciese reina de la noche.

pero mi verdadero rey lo tenía delante mío.

el vino casi sobrepasaba el límite del cristal, no sabía la razón por la cual nos sirvió mucho, pero me incliné por la idea de que estaba un poco nervioso, al igual que yo, con la situación en la que estábamos, y aquello se confirmó al ver como caían gotas de su vaso debido a lo temblorosas que estaban sus manos.

—quedan dos minutos...

alcé una ceja, a pesar de que lo haya susurrado, lo había escuchado perfectamente. —¿para qué, fargan?

sus pupilas comenzaron a temblar, miraba a puntos que no fueran mi rostro, sus manos se enredaban entre ellas a través de un juego y comenzaba a reír de manera extraña.

la luna llegó a su punto máximo, y mientras él seguía inundado en sus sentimientos, yo podía dedicarme a ver lo bonito que se veía con los rayos de esta primera molestándole, era como un cuento de hadas, y el parecía el típico príncipe azul que todos querían a su lado.

que cursi raúl, cálmate.

—auron, quiero que la luna sea testigo de mis sentimientos...

una melodía comenzó a sonar, ambientaba el hermoso momento que estábamos teniendo, en donde nuestras copas dejaron nuestras manos y se posaron en el suelo, y las primeras nombradas se tomaron entre ellas, para luego mirarnos directamente a los ojos.

—porque lo que tengo para decirte, es muy importante —quise hablar, pero uno de sus dedos sellaron mis labios casi por reflejo. —no hables, sólo escucha.

centenares de fuegos artificiales comenzaron a sonar en el cielo, inundando de corazones este, haciendo ciegas a las estrellas que envidiaban nuestra pareja, sonreí, sintiendo como las chispas caían mágicamente por todo el pueblo, algunos aplaudían, otros se quejaban, pero no me importaba eso, importaba lo que a mi corazón le causaba.

—eso que viste, representa mi interior cuanto te veo —mis mejillas se elevaron en temperatura, él se encargó de calmarlas con su pulgar. —cada vez que te toco, te hablo, te pienso —nuestros rostros estaban cerca, por lo que podía sentir su respiración nerviosa chocar contra mi rostro. —cada vez que hago todo aquello, en mi corazón explotan miles de fuegos artificiales.

la cercanía de nuestros labios, la lejanía del frío, fue más que suficiente para saber lo que estábamos pensando. —porque te amo, auron, y tú haces que mi sentimientos se manifiesten de esa manera, tan espontánea, tan romántica, tan... todo lo que nunca pensé que sería.

amnesia ; auronbowlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora