El SUTIL AROMA DE LAS CEREZAS ( TERMINADA)

Sombras

Sakura se acurrucó en los brazos de Sasuke, pues después de lo sucedido, estaba en shock, no podía creer que Itachi se hubiera propasado de esa forma con ella. Entre tanto, el azabache le acariciaba el pelo para consolarla sin saber cual era el motivo que la tenía de esa forma.

*

En la habitación de Sakura, Itachi se levantó tambaleándose algo aturdido por el golpe, pero logró sentarse en la cama y vio que un poco de sangre brotaba de su cabeza, enseguida se dirigió al baño para lavarse y comprobó que la herida no era muy profunda. Levantó la vista y vislumbró su rostro en el espejo, ni él mismo se reconocía, a la vez que se maldijo una y otra vez por lo sucedido.

—Dios mío, ¿qué acabo de hacer?... —murmuró con gruesas lágrimas recorriendo su rostro.

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Pov Sasuke

La sangre me hervía porque no soportaba sentirla así, y aunque no quería decírmelo, estaba seguro que todo tenía que ver con Itachi.

—Sakura, ¿vas a contarme de una vez que te ha pasado?  —pregunté sin poder disimular mi enfado.

—No... no es nada, ya estoy mejor, no te preocupes —intentó hacerme desistir.

—¿Qué no me preocupe?. Estás temblando, ¿ha sido él, verdad? ¿qué te ha hecho?.

—Él... él ha intentado forzarme — apreté la mandíbula e intenté asimilar lo que acababa de escuchar.

—¿Cómo? ¿qué estás diciendo, Sakura? —un fuego interno me recorrió desde la cabeza hasta los pies.

Me levanté como pude y cogí el bastón para llegar hasta la puerta, últimamente no me hacía mucha falta, pero me dolía mucho la cabeza y sentía que podía caerme en cualquier momento, pero antes de salir por la puerta, la voz de Sakura me detuvo.

—¡Espera, Sasuke!. ¿Dónde vas?.

Lo sentía por ella, pero lo que había hecho mi hermano no podía dejarlo pasar, así que abrí  hecho una furia y mis gritos empezaron a resonar por toda la casa.

—¡Itachi!. ¿Dónde estás, cabrón?, ¡da la cara, maldita sea! —estaba fuera de mí.

Noté como Sakura me abrazó por la espalda intentando calmarme, pero no podía, y si no fuera porque estaba ciego, en ese mismo instante le habría propinado una paliza a mi hermano.

—Déjalo, Sasuke... por favor... —la escuché llorar a mis espaldas y se me partió el corazón, pero no podía dejar las cosas así.

De pronto, escuchamos el ruido de una puerta abrirse y unos pasos venir hacia nosotros, a lo que intenté controlarme por ella.

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Pov Sakura

Itachi se acercaba dando tumbos por el largo pasadizo con una de sus mano sosteniendo su cabeza. Mis piernas temblaban, pero no por mí, sino por Sasuke, pues lo último que quería es que se enzarzaran en un pelea por mi culpa, una pelea que Sasuke seguro tendría perdida al cien por cien.

—Sakura, yo... lo siento, no sé qué me ha pasado  —musitó Itachi, mirándome arrepentido e intentando alcanzarme con su mano.

—¡No te acerques a ella!. ¿Cómo has podido? —le recriminó el menor fuera de sí.

—Por qué la amo, Sasuke. ¡La amo, joder!, ninguno de los dos tiene la culpa de haberse enamorado de la misma chica, pero la vida es así
—dijo entre lágrimas y roto por el sentimiento de culpa que lo carcomía.