6. Que linda

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—Voy a matarte — susurró ecuánime.

Mi ceño fruncido se desvaneció y mi rostro no tenía expresiones. Mi mano que estaba en su pecho perdió fuerza y terminó cayendo al aire.

—Q-que.. — dije poco audible.

Tomó mi cuello con ambas manos y empezó a apretarme, rápidamente golpeé su estómago y él se retorció por el dolor.

Con una mano agarré su cuello y lo tiré contra la pared. Seguido de eso, el cayó al piso.

—¿Quién te mando? ¿eh? — Pregunté en tono alto mientras me acercaba a él —POR QUÉ CARAJOS QUIERES MATARME — grité y volteé su cuerpo boca arriba.

Acomodé mis piernas a los laterales de su cintura y empecé a golpearlo, pues no sabía que más hacer. Si no hacía nada, él probablemente me atacaría.

Cuando me golpeó contra la pared, me di cuenta que no cualquiera podía hacerme eso, un simple mortal pudo hacer que le balancee pero él no, entonces supuse que él también tenía poderes como yo.

—Tengo que — respondió firme y fuerte.

Al notar que era la voz de Christopher me alejé para analizar la situación.

¿Sabrá que soy yo? Digo, hablé con mi voz y él pudo haberlo notarlo.

Él se levantó del suelo y se acercó peligrosamente a mí. Una bola de fuego empezaba a crecer en su mano, ¿Él era de fuego? ÉL ERA DE FUEGO, YO DE AGUA, MORIRÍA. O lo mojaría. Carajo.

Antes de que me impactara cubrí mi cuerpo con una gruesa capa de agua, Lo cual hizo que la bola de fuego sólo se desvaneciera y se apagara por completo.

Traté de idear una manera de escapar pero no sabía como... Así que le lancé una gran ola de agua que lo golpeó contra la pared.

Inconscientemente mis pies se dieron vuelta y empecé a correr hacía la salida.
Cuando salí tomé impulso para volar lo más lejos posible de ahí, llegué a una calle no muy lejos de la mansión Vélez, empecé a caminar sigilosamente para llegar a la mansión.

Cuando llegué me dí una ducha y me quité la ropa, empecé a mojar mis raspones, balazos y heridas causadas esa noche.

Me acurruqué en la cama tratando de dormir pero escuché un ruido proveniente de la ventana de arriba, en el cuarto de Christopher.

Se escuchó muy fuerte, como si chocara con la ventana tratando de entrar.

Traté de ignorarlo y enfocarme en dormir, pero no pude porque estaba haciendo demasiado ruido.

.

Minutos más tarde Christopher se levantó de su cama para ir a la cocina por un vaso de agua, pensar lo dejaba sediento. ¿pero en que pensaba? En la chica del Banco, la heroína.

Se preguntaba porque le era tan familiar, aunque su rostro estaba cubierto, su estatura y cuerpo eran muy parecidas a algo que ha visto anteriormente pero no sabe a qué.

Su madre le había encargado que la matara pero... él no quería, y no porque la chica le importara sino más bien porque le causaría algún remordimiento.

Dejó de pensar un momento en eso y abrió el estante de arriba para sacar un vaso, se dio vuelta y su codo chocó con un plato de la mesa, haciendo que este resuene demasiado mientras es impactado contra el suelo.

—Mierda... — susurró.

—¿Sucede algo? — preguntó ____ entrando a la cocina.

—Esta todo bien, vine por agua — respondió mirándola —¿Tú que haces aquí? — preguntó con el ceño fruncido.

Destruyeme Si Así Lo Deseas || PAUSADA TEMPORALMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora