Neji Hyuga - 8

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Entramos a su habitación sin decir una palabra. El olor a Hinata llenó mis pulmones y un sabor dulce recorría mi garganta. Yo la deseaba, en todo sentido... La deseaba y deseaba que ella también lo hiciera. No recordaba la última vez que me había sentido así por una mujer...
Me quedé recostado sobre el marco de la puerta observando su nerviosismo... era lógico, muy probablemente Hinata nunca haya llevado algún chico a su habitación, pero esto era sólo un arrebato a su soledad, a su tristeza, del cual ella me quería culpar. Yo siempre estuve solo, y sabía muy bien lo que se sentía estarlo... pero ella siempre creyó en alguien, o depositó su fé en algo, después de todo, ella seguía teniendo a su familia y a sus amigos, muy a su pesar y aunque no la trataban como ella lo deseaba. Pero hoy más que nunca Hinata se sentía sola y tenía miedo que esa soledad le consumiera. No soportaba la soledad...
-P-puedes acostart-e etto, niisan- La investigué con la mirada, como siempre lo hacía, pero esta vez fui mucho más suave con ella, no quería que me terminara hechando de su habitación. Me acerqué a su futón y sin decir una maldita palabra, me recosté contra la pared, dándole la espalda.
Su sombra... su sombra me atormentó en ese momento. Hinata había comenzado a cambiarse, y mi corazón estuvo a punto de salir. Había cerrado los ojos tan fuerte que solo me hicieron desearla más... Al rato, ella se había recostado a mi lado rozando mi espalda con la suya pero, a los pocos segundos, ambos nos habíamos dado vuelta para abrazarnos...
Nuestros rostros habían quedado solo a centímetros y podía sentir su respiración entrecortada. Hinata provocó ese día que mi corazón quisiera salir de mi pecho gritando millones de palabras, pero yo jamas iba a dejarlo hacer eso...
-¿porqué me invitó a dormir con usted hoy, Hinata-sama?- Mi pregunta fue sencilla. Yo no quería sentirme un reemplazo ni mucho menos un acosador. Yo la amaba, tanto que no lo podía explicar... ¿cómo iba a negarme a dormir con ella? era imposible.
-Por que pensé que te sentias solo...- Un pequeño sentimiento de dolor me invadió... ¿nadie nunca se dió cuenta de que siempre estuve solo? ¿por qué nadie me abrazó años atras? ¿por qué Hinata AHORA se daba cuenta de mí soledad?. Y fue ahí cuando realmente recorde mis pensamientos anteriores... yo no era el que se sentia realmente solo en ese momento...
-No querra decir que...- tragué saliva- ¿usted se siente sola, Hinata-sama?- Hinata me abrazó y ocultro su rostro en mi pecho... se había dormido.

Su respuesta estaba muy clara... estaba sola y con mucho miedo.
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No había tardado en dormirme abrazandola sintiendo su calor. Ella era como una almohada de las más comodas...
Cada hora me despertaba para ver si se encontraba bien, simplemente mi sueño fue ligero y sin ningún remordimiento... nos habíamos acostado tarde y ella tenía entrenamiento temprano. Me quedaba atónico observando sus cabellos caer tan delicados y rozar mi piel. Parecía una muñeca, y de las más fragiles... deseaba que esa noche fuera eterna.
Media hora antes de que Hinata se levantara... había tomado un sueño profundo. Me adentré a los más oscuros rincones de mi corazón y soñé... soñé que era un genin, uno de esos genin soberbios y asquerosos. Soñé que peleaba con alguien al cual estaba a punto de matar. Daba los mejores golpes y podía ver todos sus puntos de chacra, mis manos le daban a cada punto de chacra en sus brazos, mi oponente era ágil pero seguía siendo débil. Me estaba acercando, faltaban dos movimientos y pum... lo había matado. Cuando reaccioné me había dado cuenta... había matado a Hinata en nuestra pelea en los examenes chunin.
Me desperté sudado y muy agitado. Mi primer impulso había sido abrazar a Hinata pero ella ya se había ido. Mi cuerpo se desesperó, mis manos comenzaron a temblar y mis ojos se llenaron de lágrimas... había sido un egoísta de mierda, durmiendo en su cama, acariciandole el pelo, llenando su soledad cuando sabía con exactitud que mis pecados nunca iban a dejarme en paz...
Como pude, me levanté gimiendo de dolor y secandome las lágrimas que habian escapado de mis ojos. Caminaba despacio, a paso tortuga diria Hanabi, pero mi objetivo era claro... quería verla y saber que se encontraba bien... habia sido un sueño simplemente... ¿no cierto? un asqueroso sueño, un fantasma del pasado que me acorralaba constantemente. Mi vida era un simple castigo de mis comportamientos, por que pedir disculpas no era la única solución del problema y yo lo sabía. Dentro de Hinata ese recuerdo nunca se iba a borrar... ella nunca iba a olvidar al Neji del pasado.
Cada vez que esto pasaba, cada vez que soñaba con ese maldito día en que casi la mato, la iba a ver al instante en que me despertaba... este sueño en particular me dejaba muy abrumado y con un dolor en el pecho que solo se curaba con saber que ella se encontraba bien, con verla sonreír o saludarme... simplemente con eso.
Cuando me acerqué al comedor donde supuse que estaría, la oí hablando con su padre, pero sus palabras no fueron las mas agradables para mi en ese momento...
-Vengo a pedirte que despojes a Neji de su cargo de ser mi protector, deja que sea libre- "libre"... libre nunca me iba a sentir siendo parte de este asqueroso clan, siendo tu primo. Yo sabía a qué iba su petición... le dolía, le dolía mi presencia, le dolía verme e imaginarse los fantasmas del pasado... si, yo también los tenía, pero ella no sabia que yo los espantaba con su presencia, y ella quería espantarlos alejando mi presencia de la suya. Me invadió una tristeza que pensé que nunca se curaria, me puse a pensar en por que el dolor del corazón eran tan fuerte... más fuerte que dar la vida por alguien.
Hiashi era un hombre de lo más frio, siempre había cuestionado su amor hacia Hinata, pero no había dudas en que siempre la protegía. Su remordimiento por que Hinata era una mujer, era "debil" lo hacían ser un hombre despiadado y muchas veces odiado, pero Hinata no podia odiar a su padre, ella simplemente aceptaba ser débil y todos los insultos que alguna vez el le dejo en claro.
-Ya lo hice-
-¿Que?-
-¿Que Neji no te lo dijo hija? ya lo despoje de su cargo... se encuentra en la mansión para que puedas curar sus heridas como lo prometiste y para después volver a entrenar conmigo pero... ya no es más tu protector-
Mierda... lo había olvidado... la historia dio un giro completo. Habíamos hablado más de 2 horas, dormido juntos y yo no le había dicho que su padre me había despojado del cargo.
Doblemente mierda... iba a tener que disculparme.
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Después de haber evitado a Hinata hasta su entrenamiento, me dediqué a leer los pergaminos del clan... era una locura, lo admito, pero la historia del clan me fascinaba. Siempre pensaba en que hubiera sido de mi vida fuera de este "asqueroso clan" pero cada vez que leía estos pergaminos, la llama de los antiguos Hyuga se encendía en mi interior... me conocía todas las reglas y normas aunque odiaba a todas las que tenían que ver con la rama secundaria pero, sin embargo, si yo hubiera nacido en la rama principal hubiera estado muy a favor sobre esas reglas... era el karma, por eso había nacido en la rama secundaria...
Me había dispuesto a leer los pergaminos más antiguos, que los había encontrado en la biblioteca del clan Hyuga, en un rincón oscuro y húmedo, lleno de moho y cochinadas. Nadie leía estos pergaminos, todos consideraban que leerlos era una pérdida de tiempo pero yo siempre aprendía algo. Me había tirado en el futon de mi habitación y abrí los primeros, tenían letras extrañas y eran casi ilegibles... solo pude distinguir una palabra... Hinata. Mi desesperación fue tal que escondí los pergaminos en el primer cajón del armario. Hinata se encontraba al otro lado de mi puerta ¿tanto tiempo habia perdido leyendo estos pergaminos?. Cerca de las 12 era nuestra hora pactada para ella pueda curarme heridas, pero yo queria seguir leyendo, leer y entender por qué habia aparecido su nombre en unas escrituras tan antiguas...
Antes de que ella pudiera tocar, respondí muy calmado...
-Adelante- su sola presencia alteraba mis sentidos. Quería seguir leyendo esos pergaminos, algo en ellos habia cautivado mi total atención, pero no podía evitar sentirme conforme al verla entrar tan situl a mi habitacion.
Arrastró la puerta y la cerró apenas habia entrado. Yo me encontraba sobre mi futon mirando hacia la ventana y ella se acercó a mi lentamente... no podía evitar recordar la noche anterior y su acercamiento me producia escalofríos.
-Neji niisan... etto... mm, veng-go a curar tus heridas-
-Lo supuse... Hinata-sama- y el "sama" había escapado de mis labios... si, ella era una princesa, la princesa Hyuga... pero más allá de eso, era mi princesa, era dueña de todo lo que sentía. A veces me sentía un pecador de los más grandes, tss quien lo diría, el genio Hyuga tan perdido y enamorado de su prima.
Sin que yo pudiera reaccionar, Hinata comenzó a quitarme las vendas, su solo contaco hizo que mi cuerpo empezara a temblar... pero esto ya no lo provocó ella, tenía miedo... mucho miedo. No me habia quitado las vendas desde que salí del hospital y, por lo general, Tsunade y Sakura no dejaban que yo vea mis propias heridas... tenía que ser fuerte, esto no iba a ganarme.
Ya faltando solo un par de vueltas, la detuve.
-No estoy seguro de si realmente quiero que veas mis heridas...- y, sin darme vuelta, agarré su mano y entrelacé mis dedos con los de ella... eran tan suaves y reconfortantes, no podía dejarla ir. Ella se deciso de mi agarre y no pude evitar girarme para ver su reacción. Quedamos de frente... tan cerca y tan lejos a la vez, era un sentimiento horrendo, tenerla pero no, sentirla pero no... ella no titubeó ni un segundo, y yo simplemente la penetabra con mi mirada, quería que sintiera que la amaba, sin necesidad de decir alguna palabra. Me acarició... acaricio mi rostro, un poco mi cabello y mis hombros. Se levantó un poco de sus cuclillas y me despositó un beso en la frente... beso que nunca iba a olvidar, beso que quedó marcado para siempre. Una vez había escuchado decir a TenTen que los besos en la frente significaban protección y compasión, eso era... ella solo sentía eso. Cuando nos separamos, no pude prevenir mi  sonrojo... nunca me había sentido así, nunca había tenido tanto cercamiento con Hinata, ni siquiera de pequeños.
-No te preocupes niisan, yo prometí que iba a curar tus heridas...- Me rodeó con sus brazos y terminó de sacarme las vendas que me quedaban. Los agujeros se encontraban cubiertos de gasa, algodón y mucha cinta. Eran enormes... gigantes y se veían tan dolorosos y sorprendentes... si... yo había sobrevivido a esto. Automáticamente, Hinata cambió su mirada, sus ojos reflejaban terror.
-Tss... Horribles... ¿verdad?-
-Me sorprenden sus tamaños, eso es todo- pero yo sabía que no podía con ellos. La observé moverse con delicadeza alrededor de mi torso y limpiar cada uno de mis agujeros... el más feo se encontraba en en la espalda, y yo lo sabía, lo había dejado para el final.
En todo su recorrido por mi cuerpo, no me quejé en ningún momento, simplemente pequeños gemidos escapaban de mi boca... era muy doloroso. Tsunade le había mandado a Hinata unos medicamentos para colocarlos sobre las heridas pero POR KAMI ardían demasiado! Mi rostro expresaba dolor y del más puro. Cuando Hinata terminó el agujero de atrás, me cubrió con las vendas y comenzó a guardar los medicamentos dentro de un botiquín que lo tenia solo para mí.
-Terminado niisan- dijo muy sonriente... tan sonriente que no lo pude soportar, tan feliz y tan llena de vida, tan todo... era un trabajo difícil y ella lo hacía sin titubear y yo hasta había dudado de eso... Hinata esto, Hinata aquello, Hinata heredera, Hinata princesa, Hinata débil, Hinata fuerte, Hinata Hinata Hinata. No lo podía soportar más. Apenas se había levantado un poco, me di vuelta con brusquedad buscando su mano desesperado, la tomé y la arrastré hacia mi cuerpo. Casi cayendo sobre mí... la besé.

Poderosa enfermedad [NejiHina]Where stories live. Discover now