~Sumergidos~ / DoumaxTu

Capitulo 15

Capítulo quince: Culpa.

— ¡Hey, boba!—la voz de Sanemi acabó con mis pensamientos de forma abrupta—, ¿qué tanto piensas? Llegaste muy callada de la última misión, eso es muy extraño en ti.

Lanzó mientras entrenaba, yo me encontraba sentada en el borde del piso de la residencia.

— Nada importante—mentí, aún podía sentir el tacto de Douma en mis labios.

— Tsk—chasqueó con la lengua—. Mujeres.

Tras eso, Sanemi siguió entrenando como lo hace en su rutina diaria.

Por otro lado, yo me perdía en ese culpable recuerdo que se paseaba por mi cabeza de forma recurrente desde que volví a la residencia.

(Flash back)

— Ahora me perteneces—susurró Douma una vez que nos separamos, llevó una de sus manos a mi cabello para jugar con un par de mechones.

Mi rostro estaba demasiado rojo en aquel entonces, mientras que su mirada parecía calmada y dulce.

Me sentía boba, como una niña pequeña nerviosa ante su presencia.

Douma rió despacio, fue algo tierno de su parte.

— No te rias—susurré apenada, me cruce de brazos para tomar un poco de distancia.

— Tan adorable—murmuró con una sonrisa.

En eso, Douma levantó la mirada y volvió a esconderse entre las sombras. Mi cuervo había notado mi ausencia.

— Perdón—dije viendo al ave—, escuche un ruido. Pero, solo era un perro perdido.

El cuervo me vio en silencio, soltó un grito para luego retomar su vuelo.

Suspiré aliviada, por un segundo pensé que había visto a Douma cerca.

Retomé el andar siguiendo el vuelo de mi cuervo, a ratos observaba mi entorno buscando algún rastro del rubio, pero no parecía estar cerca. Al menos, no tanto como para ser descubierto.

Sería mejor así, sí lo encuentran no sabría qué decir para explicar todo esto.

(Fin Flash Back)

Un suspiro abandonó mis labios, después de eso no volví a verlo ni a escucharlo.

— Quizás se fue—susurré despacio solo para mí—. O, quizás consiguió lo que quería...y, sin tener más razones para quedarse él simplemente se fue.

Un grito salió de mi interior, sentía que ardía en cólera.

— Ese maldito—gruñí—, solo estaba jugando conmigo.

Estaba hecha una fiera, imagine el rostro malicioso de Douma riendo al verme tan babosa frente a él.

— Me las pagara—dije mientras formaba un puño amenazante.

— ¿Mizuki?—llamó Sanemi.

Me callé de inmediato, llevé la mirada hacia él quien me veía en silencio y sumamente desconcertado.

— ¿Estas bien?—insistió.

Comencé a reir como loca, me sentía nerviosa al pensar que Sanemi podría haberme escuchado.

— Ah...perdón—dije mientras rascaba mi nuca—. ¿Te desconcentre?

Él me vio irritado, suspiró cansado y dejó su entrenamiento para caminar hacia mí.
Se sentó a mi lado y levantó la mirada al cielo, su rostro sereno me daba mala espina.