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—¡Señooooor! ¡Señooooor!

HyunJin había vuelvo a la joyería después de obtener aquellos dos pequeños anillos en la máquina.

—Eres tú de nuevo, ¿Qué se te ofrece?

El menor se acercó y se puso de puntitas para poder alcanzar mejor el mostrador, estiró su manita frente a él para que viera los anillos que tenía.

—¡Estos están más bonitos!

Dicho eso cerró su manita haciéndola puño, le enseñó su lengua y salió corriendo con su mamá antes de que ese señor le dijera algo.

—¡Corre, mamá! —La jaló con su otra mano para alejarse lo antes posible de ese lugar, ya que le había dicho a su mamá que solo iría a decirle "Gracias" al dueño de la joyería, lo cual no hizo.

Una vez fuera de la plaza caminaron tranquilamente, HyunJin seguía mirando los pequeños anillos.
Estaba encantado con ellos, tenían un pequeño corazón en medio.

—¿Puedo ir con Lix?

Estaban a punto de pasar frente a la casa del más pequeño, quería aprovechar para poder mostrarle lo que compró.

—Pero solo un rato, tienes que hacer tarea.

—¡Sí! —No le gustaba hacer tarea, pero con tal de que le dejaran pasar tiempo con su pequeño angelito lo haría.

Corrió hasta quedar frente a la puerta de la casa de Félix, tomó el pequeño banquito que estaba a un lado y subió en él.

Aquel pequeño objeto fue puesto por la señora Lee, lo colocó para que cada vez que HyunJin fuese a su casa lograra alcanzar el timbre.

Una vez arriba de aquella superficie, apretó el timbre dos veces y se quedó allí esperando a que alguien abriera la puerta.

Al ver que no funcionaba tocó dos veces más, pero nadie salió a su llamado.

—Al parecer no están en casa, mi amor. —Habló la mamá del menor, pero lejos de que HyunJin se resignara, dejó su dedito puesto en el timbre.

—¡Félix! ¡Lix! ¡Lixxie!

—HyunJin, deja de tocar el timbre. —La voz de su mamá salió firme y autoritaria, haciendo que el menor dejara de apretarlo y bajara del banquito volviendo a acomodarlo en su lugar.

—¿A dónde fueron, mamá? —Volteó a verla tomando su mano.

—Tal vez fueron a comprar algo, no deben tardar. Vamos a casa, haces tarea y cuando termines volvemos.

Los ojos del menor se cristalizaron dando a entender que el llanto se aproximaba, no quería irse, quería esperar ahí hasta que su mejillas pecosas regresara.

La señora Hwang cargó a HyunJin mientras él la abrazaba.

—Tranquilo, mi vida, cuando regrese vendremos a su casa. —Acarició su espalda mientras caminaba hasta su casa con su hijo en brazos.

Al llegar, HyunJin se negó a soltar a su mamá manteniéndola abrazada, había estado tan emocionado por mostrarle los anillos a Félix que al no encontrarlo su ánimo se vio afectado.

Sin darse cuenta se quedó dormido, manteniendo todo el tiempo su manita cerrada para no perder lo que compró.

—HyunJin… —Habló su madre para despertarlo, aproximadamente el menor había dormido dos horas.

La mamá de Félix había ido hace unos minutos ya que su hijo quería verlo, por lo que era momento de despertarlo.

—Cariño… Adivina quién está aquí.

El pelinegro se removió sobre el sofá, sobó sus ojitos hasta que quedó sentado sobre el mueble. Su cabellito estaba revuelto, dejando algunos mechones alborotados.

—Mami, ¿Ya puedo ir con Lixxie?

—Esa es la sorpresa, ven. —Lo cargó para poder llevarlo a la cocina, allí yacía el más pequeño junto a su mamá.

Al llegar, HyunJin había vuelto a cerrar sus ojitos, o eso fue hasta que pudo oír un pequeño estornudo similar al de un gatito.

—¿Lixxie? —Miró hacia todos lados, al verlo estiró sus bracitos hacia Félix queriendo que su madre lo bajara para poder abrazarlo.

—¡Mamiiiii, ahí eta HyunJin!

Ambas señoras se enternecieron ante ello, la señora Hwang bajó a su hijo y Félix a pasos cortitos corrió hasta su Hyung.

—Mila, soy una vaquita.

Félix estaba vestido con una pequeña playera negra con una figurita de vaca, un pantalón y un gorrito blanco con manchitas negras y unos zapatitos blancos, solo que aquel gorrito tenía un moño de color amarillo.

—Mami, ¡Félix es una vaquita!

—Se ve muy lindo.

HyunJin tomó la manita de Félix para que se sentase en el suelo. Ambas mamás miraron unos segundos más a sus hijos antes de tomar asiento frente a la mesa para poder charlar sobre distintas cosas.

El pelinegro se sentó frente a Félix, quien tenía sus mejillas tan rojas como un tomatito.

—Félix, mira. —Abrió su manita para mostrarle los anillos.

—¿Qué esh? —Con un dedito tocó el contorno de uno de ellos estando curioso de saberlo.

—Este es para ti.

Sin responder a la pregunta tomó aquella mano pequeña, pero antes de ponerlo volvió a levantarse.

—Espera, Lixxie.

Fue hasta su mamá, tomó la mano de ella para ver en cual dedo tenía que ponerlo y cuando estuvo seguro, regresó con Félix.

Volvió a sentarse frente a él, sosteniendo su manita —Mira, tiene un corazón del mismo color de tus mejillas. —Fue en ese momento en el que uno de aquellos anillos fue puesto en el pequeño y regordete dedo.

—¿Tú también vas a llorar de felicidad, Lixxie?

Feliz estoy  😔👌✨

에이브릴🌹

¡Lixxie Lixxie! | ʰʸᵘⁿˡⁱˣ 『𝗔𝗗𝗔𝗣𝗧𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora