De Ángel a Demonio (Tomo 1 La Hija de Sammael)

RAGNOR FELL (Parte 1)

La rubia sólo volteaba los ojos sin decirle nada, si algo había que hacer era no pelear frente a los brujos ya que al igual que magnus detestaban los problemas mundanos y de cazadores.

Entrado a la casas ambas sacaron sus espadas, Beth le cubría las espaldas ya que no confiaba demasiado en la pelirroja para que lo hiciera. La casa se veía habitada y en perfecto orden... dentro de todos los artefactos que ahí se guaradaban, era como visitar un antiguo museo con la diferencia de que si tocabas algo de esa casa probablemente tuviera un hechizo y saldrías gravemente herido.

Clary se detuvo y retrocedió dos pasos regresando a ver la pintura

-Sí, ya sé que ese es el rostro que buscamos – dijo con fastidio la rubia –

-No es eso – guardo su espada y metiendo las manos a la pintura sacó a Ragnor Fell – ¡Ahí estabas!

-Tienes ojos de artista, sólo uno verdadero podría identificar el cambio de los ojos, que lista – comienza a caminar hasta su sala de estar – Sí lo sé, que tengo que trabajar en no mover los ojos ¡No tienes que recordármelo! – le habla al sillón

-¿Conociste a su madre? – Beth repitió la pregunta guardando su espada –

-¿Tú hiciste la poción que la puso a dormir? – preguntó la pelirroja un poco ansiosa –

-A petición suya sí – rodó los ojos – y sabía que pronto vendrías en busca del antídoto, por favor siéntense

-¿Qué hay de Jace y Magnus? – hizo una mueca la rubia recargándose en la pared –

-¡Déjame hacer esto a mi manera! – gritó de nuevo al sillón – ¿Son confiables?

-Magnus dijo que te conoce desde hace siglos y te envió un mensaje de fuego – intervino Clary –

-¡Esto no es un alto! ¡Es escencial! – gritó a otra de las sillas en la sala –

-Bien ya me harte – Beth sacó una daga y se preparó – o nos ayudas a buscarlos o encontraré a alguien que lo hará

-¿Cuánto es lo que valen para ti? – se acercó interesado a la rubia hasta que su daga le tocó el pecho –

-Por encontrarlos

-Y despertar a mi madre – sentenció Clary –

-Eso, por despertar a la mami de la pelirroja y a ellos te daré lo que sea – rueda los ojos – más por encontrarlos a ellos obvio

-Eso quería oir – chasqueó los dedos apareciendo a los chicos –

-¿De verdad era necesario todo esto? – cuestionó Magnus sobándose las muñecas

-¡Claro que sí! – se enderezó – me ha prometido lo que sea y tú sólo un tiempo compartido en París ¡Aguafiestas!

-Basta de plática, ¿Puedes despertar a mi madre?

-No sin el libro blanco

-¿Y qué demonios es el libro blanco? – Jace hizo una cara de fastidio –

-Es un libro de magia antigua – explicaba Magnus – que contiene hechizos muy poderosos que muchos brujos imaginan – le palmea el hombro –

-Tenía el libro cuando tu madre pidió mi ayuda y así cree la poción, pero ahora ya no lo tengo – hizo una mueca de medio lado – le dije que lo ocultara para que Valentine no lo encontrara