El niño regresaba de la tienda. Antes de llegar a su casa, la voz de su vecino llamó su atención.
-Oye, niño, ven aquí, ven a mi casa, quiero enseñarte algo.
-Mamá dice que no debo ir con extraños.
-Vamos ven -insistió su vecino -tengo dulces que te pueden gustar. Anda, ven aquí.
El niño lo pensó un poco.
-Mmm... ¿Tienes paletas de cereza? -preguntó.
-Si, eso es. Tengo muchas paletas de cereza, ven aquí conmigo.
El niño entró a la casa de su vecino, colocó la bolsa de la compra sobre una mesita y se sentó en el sofá mientras el cerraba la puerta.
El hombre lo miraba nervioso, no sabía cómo iba a contarle todo. ¿Cómo iba a explicarle que la policía ya venía en camino? ¿Cómo iba a explicarle sobre los disparos que escuchó en su casa? ¿Cómo iba a explicarle lo que su padre le había hecho a su madre mientras el estaba comprandole cervezas? ¿Cómo lo iba a explicar?