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El ruido de la música alta hace vibrar el vidrio de las ventanas cerradas. Amane va a la cocina descalzo. Yashiro ríe, no tiene nada que decir en contra de nada, él puede andar como le plazca, pero aún así, le resulta gracioso. La casa entera huele, despide el olor delicioso de la tierra mojada después de la tormenta, es un olor que enloquece de alegría, sobre todo cuando va unido a otro olor, al del especias, carne, verduras. Todo en el horno. 

Amane se rasca la nuca, revisa las alacenas, anota las cosas que faltan en un pedazo de hoja a cuadros, seguramente reutilizada. Se rasca el interior de los brazos, le duele, y los deja. 

-Iré a comprar, ¿Necesitas algo? -La mira, tiene la vista perdida en los capullos de rosas que han comenzado a brotar esa mañana.

-No.

-¿Algo que quieras?

-No.

Amane va a la ciudad. Treinta minutos exactamente. 

Camina entre el bullicio, el mar de gente aglomerada en las calles, y siente extrañar la tranquilidad de su hogar, la calidez de estar entre los brazos de Nene mientras ella le acaricia el cabello. La imagen le saca un suspiro.

-¿Amane? -una voz femenina le obliga a voltear. 

La chica de cabellos morados le sonríe dulcemente. Es Aoi, amiga de Yashiro. Le saluda, educado. Ella lo invita ir a tomar algo. Él accede, solo para no ser grosero. 

Terminan sentados juntos en un establecimiento con pinta de ser más bar que café. Aoi pide un postre de leche, Amane solo un café.  Platican animados. Yugi se siente impaciente, mirando su reloj de muñeca cada 10 minutos, la chica no para de hablar. Comienza hablando sobre una de sus aventuras. 

-Pensé que ya estabas en una relación con Akane -Nene lo había mencionado, lo recordaba. 

-¡Oh Dios! ¡No!- la chica ríe, su risa es casi musical- Akane no sabe diferenciar un encuentro de una noche y una relación -sus palabras son crueles. Su cara de ángel no cambia de expresión en ningún momento al soltar tal veneno. Amane se siente irritado nuevamente. 

-Supongo -ella se pone sería, y le mira. Sus ojos morados brillan. 

-Dime Amane... ¿Tu sabes diferenciarlos? 

-Nunca he tenido un encuentro de una noche -contesta molesto, irritado.

-Y... ¿No te gustaría tenerlo?... Ya sabes... sin que Nene sepa nada. 

-La verdad no tengo interés. Con Yashiro me es más que suficiente -su respuesta la hace reír. 

-Cierto... es así desde la secundaria -suspira y hace un puchero- eres el primero y el único que me ha rechazado tantas veces con tanto descaro. 

-Y sigues insistiendo a pesar de ello... 

-En algún momento tendrás que caer en mis encantos. Nene no es la única mujer en el mundo. 

-Lo es para mí- se encoje de hombros y se levanta. Deja un billete en la mesa y sale cargando con sus compras del lugar.   

¿Es ella la mejor amiga de Nene? Eso solo reafirmaba lo que ya sabía. Yashiro solo estaba a salvo con él. Había hecho bien en alejarla de todos ellos. Esa víbora en algún momento la picaría. Era su deber protegerla, solo él podía cuidar de ella. Él nunca le haría daño. Nunca. Tenía que alejarla de toda esa gente mala. Apartarla de todo aquel que no fuera él. Su Nene.

Ella era suya.

No podía estar con nadie más. Únicamente suya. Y él era de ella. Solo de ella.

Momentos FelicesWhere stories live. Discover now