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Shoto dejó de funcionar en ese mismo momento.

¿Qué fue lo que Izuku quiso decir con la palabra ayudar?
¿Se refería a que le llevará a un hospital o a ese tipo de ayuda? No lo sabe... o quizá sí y solamente no quiere creerlo, pero por más que le diera mil vueltas a la petición del omega, todas terminan en lo mismo; y el no puede hacer aquello, al menos no en estas circunstancias.

Recapitulando el paso del tiempo en su cabeza: llevan menos de unas semanas conociéndose formalmente. Tuvieron sólo dos citas, y nisiquiera sabe si pueden considerarse citas porque es un asco para esas cosas. Le gustan los detalles, darlos más que nada, pero ¿Shoto romántico? Absolutamente no.

Mientras el alfa se debatía internamente en qué demonios hacer, Izuku continuaba viéndole con ojos brillantes —cuyo iris cambiaba intercalando el color ámbar con su natural esmeralda, producto de su estado de celo—, sus mejillas se encuentran ligeramente sonrojadas y su respiración cada vez se vuelve más errática, además de que todavía sostiene su rostro entre sus pequeñas manos temblorosas; trayéndolo a tierra cuando sintió una leve caricia en su pómulo izquierdo. Sobre la, que él considera, horrorosa cicatriz.
Shoto, lejos de reaccionar de mala manera, tomó sus manos entre las suyas para alejarlas con delicadeza de sí.

—Izu... yo no —rio nervioso—, yo no puedo hacer algo como eso. No así.

—Claro que puedes, e-eres mi alfa.

—Lo soy, pero ¿qué clase de alfa sería si me aprovechará de tu estado vulnerable? No sabes lo que dices. No eres tú el que habla —intentó razonar.

Aunque debe admitir que, por dentro, está derritiéndose de ternura ante la molesta expresión que el omega tiene en su rostro mientras se aferra a sus ropas, con sus manitos hechas puños, viéndole suplicante.

—Per-...

—No me iré —aseguró—. Me quedaré contigo, Izu, pero es todo lo que puedo ofrecerte... Quizá mi presencia disminuya el dolor.

Nuevamente intentó recostar a su omega sobre la cama, pero de nada sirvió ya que automáticamente volvió a sentarse, rodeó su cuello con sus brazos —o eso trató dada la muy notable diferencia de alturas y tamaños corporales— e instaló sus manos en los cabellos de su nuca.

—Izu...

—Sho-chan —el alfa guardó silencio, enfocando su mirada en él—, aún soy yo. Y en los minutos que me quedan de consciencia, quiero decirte que, cualquier cosa que podría llegar a pasar esta noche, estará bien.

Izuku se refería a que su estado omega, todavía, no se apropió por completo de sus sentidos. Haciéndole perder el juicio sin dejarlo razonar.

—No, puedes estar tranquilo; jamás te pondría una mano encima sin tu consentimiento, Izu.

El omega negó con su cabeza, volviendo a tomar su mejilla izquierda con una de sus manos mientras la restante la mantenía acariciando la parte albina de sus cabellos.

—Sho... ¿Es que no lo entiendes?

El alfa entreabrio sus labios para responder, pero no se lo permitió:

—La primera vez que te encontré, mi celo llegó de la nada, y ahora esta pasando exactamente lo mismo de aquella vez... No quiero pasarlo solo, no de nuevo; fue muy doloroso, no puedo volver a pasar por algo así... no ahora que te tengo —susurró, rozando la punta de la nariz contraria con la propia en un beso esquimal y, cerrando sus ojos, tomó una profunda inhalación, llenando así sus pulmones de su aroma—. Mi alfa... mi alma gemela.

Shoto también cerró sus ojos y pegó sus cuerpos en un abrazo al rodear con sus brazos su cintura; sintiendo una nueva punzada en su pecho cuando su omega jadeó contra la piel de su mejilla por el contacto.

Soulmate | TodoDeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora