La pareja estaba riendo a carcajadas en casa de Vegetta, ambos diciéndose piropos y coqueteos que daban risa si sumabas las caras "seductora" de ambos, causando risa y ternura en el otro.
–Veg...
–¿Si, Rubén?
–¿Tienes un mapa?
–¿Para que?
–Es que me perdí en tus ojos–dijo el de hoddie de oso, guiñando un ojo.
El amante de lo simétrico sonrío, mirándolo con una sonrisa.
–¿Y no serás tú una cámara?
–¿Una cámara?–enarcó una ceja confundido.
–Es que cada que te veo sonrío.
–No entiendo porque felicidad empieza con "F" si la mía empieza contigo.
–Tú madre debió ser una gran respostera, para hacer tal bombón.
–Pero que avanzada está la ciencia, ahora los bombones caminan.
Ambos rieron ahora, pero como siempre la bocota de Rubén tenía que abrirse.
–No serás una galleta, pero yo te lleno de leche.
El de cabellos oscuros se sonrojó bastante ante aquellas palabras dichas por su novio.
– Yo... Quisiera ser jornada laboral, para darte duro y por horas...
Ambos se miraban fijamente, tratando de decirse algo, pero terminaron con un beso apasionado mientras se abrazaban con fuerza, quedando uno sobre el otro, con respiraciones jadeantes y mejillas sonrojadas.
