Maricas

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- No me parece adecuado que vayas Gerard - Ray dijo - Sabes que Frank puede ser un poco violento.

Asentí, realmente estaba inundado en miedo, Frank Iero no era un tipo muy amable o tranquilo, pero había robado mi mochila, dónde tenía cuadernos importantes y mi teléfono celular. No podía quedarme de brazos cruzados.

Muchas veces lo hice y Frank se aprovechaba de cada oportunidad que tenía para molestarme; me insultaba, golpeaba, humillaba y en ese momento me había robado. Un pequeño descuido que fue dejar caer mi mochila en el piso para amarrarme las agujetas de mis tenis y él había llegado, pateado mi trasero y llevado todo.

Quise llorar porque la mayoría de estudiantes estaban ahí, viendo, y algunos reían, pero me mantuve sereno hasta que salió mi mejor amigo y lloré junto con él, sacando toda mi frustración.
Ray me había aconsejado que lo detuviera, le dijera a mis padres y a todo el personal de la escuela, pero sabía que nadie haría nada, primeramente porque mamá la mayoría del tiempo no estaba en casa y papá sólo pasaba su tiempo emborrachándose, y segundo porque la escuela nunca tomaba cartas en el asunto. Una vez lograron suspenderlo por una semana, pero a la siguiente llegó lleno de furia y me había dejado marcada su mano en toda mi mejilla, también él se había llevado un golpe, pero creo que le dolió más a mi puño.

Así que ahora estaba dispuesto a enfrentarlo, hacerle saber que no dejaría que volviera a pasar eso, aunque no estaba tan seguro.
Ray sólo me acompañó a la entrada de la casa de Frank, sabíamos dónde vivía porque la mayoría del tiempo hacía disturbios en su casa, y mucha gente usaba su porche como punto de reunión para vender drogas, por lo que sabíamos sólo vivía con un perro y su papá, que también era un loco descontrolado, se había peleado con el mío, Frank también me molestó por eso.

-Espero que todo salga bien – palmeo mi espalda y salió casi corriendo, rodé los ojos.

Me di un poco de ánimos y llegué a su puerta que al parecer estaba abierta, sólo tuve que empujarla un poco. Al entrar un aroma a muerto me aturdió, era el mismo aroma que desprendía mi papá, quise reír por la comparación. Era una casa de sólo un piso así que no tuve que avanzar mucho cuando llegue a una puerta con varios pósters de bandas, que vaya, a mi también me gustaban, la puerta se encontraba entre abierta, así que pude ver la espalda de Frank, estaba desnudo y llevaba sólo unos bóxers, al parecer estaba dormido. Suspiré con fuerza, abrí despacio y tratando de ser silencioso.

Todo ahí dentro era un desastre, había más pósters, una pared rayada, ropa por el piso, una guitarra destrozada y… un condón mal tirado en la ventana. Tratando de no mirar de más busqué mi mochila, era negra y con un pin de Batman, y estaba limpia, no sería tan difícil de hallar.

Estuve como tres minutos llevando mi mirada de un extremo a otro, pero la mochila no estaba, me sentí tonto, tal vez la había arrojado en un basurero.

Enojado, bufé y quise retirarme de ahí, pero pise una especie de envoltorio de papas que me hizo caer contra el piso y soltar un chillido.

Frank que hasta ese momento no había hecho señal de vida, se levantó, quise levantarme, huir, pedir clemencia, pero cuando lo intente volví a caer, había lastimado mi pie.

Cerré los ojos con fuerza al ver los pies descalzos de Frank frente a mi, me hice bolita y cubrí mi cabeza con mis brazos, estuve un buen rato así, pero no pasaba nada, un poco desconfiado levanté mi mirada, estaba sonriendo como el maldito que era y tenía los brazos cruzados sobre su pecho.

-Debo admitir que te ves increíble ahí abajo - su voz se escuchaba ronca y de forma inconsciente mi cuerpo reaccionó con un escalofrío - Pero me gustaría que estuvieras más cerca de aquí - movió sus caderas.

Only Us - FrerardWhere stories live. Discover now