CHAPTER 11

679 112 13
                                    

Jihyo empezó a arrepentirse de cómo había tratado a aquel chico que legalmente, era su hijo. Quizás el trago que había tomado antes le había afectado de más.

Caminó a paso lento desde la sala hasta la habitación de Jimin. Recordaba haberla pintado junto al chico cuando solo era un niño, aquel día el menor no hizo más que reír mientras intentaba ayudar a pintar su futuro cuarto con pintura blanca. Soltaba adorables risas y saltaba de la felicidad. Aquel día ambos acabaron riendo juntos y llenos de pintura.

Había sido un buen día.

Pero ahora la situación era totalmente diferente. Tocó a la puerta varias veces y llamó su nombre pero no recibió respuesta por lo que la fiscal intuyó que él ya debía de haberse quedado dormido. De todos modos abrió la puerta para verle dormir antes de ella hacer lo mismo, pero se llevó una sorpresa.

Él se había ido.

Antes de lo esperado, Jimin había empacado sus cosas y al parecer había salido por la ventana. ¿Cómo? No lo sabía y tampoco importaba, aquel pequeño niño de dientes torcidos y risas adorables se había ido de allí, de la habitación que él junto a ella habían pintado.

Se acostó sobre la cómoda y blanca cama. Postró su cabeza sobre una de las almohadas y cerró sus ojos esperando que todo fuera una pesadilla.

Pero no lo era.

[...]

— Si necesitas llorar, simplemente házlo, mi hombro está disponible todo el tiempo que lo necesites, es tuyo— ofreció Yoongi al pelirrojo el cual sintió como su grifo interno se abría y el dolor comenzaba a incrementar de nuevo.

Jimin derramaba lágrimas de tristeza pero en especial de dolor. Toda su vida se había hecho una idea de su madre incorrecta, había pensado en que ella era estricta porque quería lo mejor para su hijo, que fuera el mejor y verlo triunfar. Pero la idea era otra distinta, solo lo había hecho como tarea para heredar dinero. Todo fue mentira.

El pelirrojo se aferró del torso de Yoongi. La cama del mayor nunca se había sentido tan cómoda y tan cálida. El chico rodeó con los brazos al menor y lo resguardó en los mismos. No podía comparar su dolor con el del abogado porque eran totalmente diferentes. Jimin había vivido en una mentira y él en una verdad absoluta.

— No es mi culpa. No es mi culpa— se repetía Jimin susurrándose a sí mismo. Él no había sido el culpable de nada, absolutamente nada. Sus preferencias eran otras, pero de nada tenía él la culpa.

— Claro que no es tu culpa, tranquilo— le intentaba consolar el mayor acariciando su espalda suavemente.

Permanecieron de esa manera un buen rato hasta que el menor se tranquilizó totalmente y empezó a sentir sueño. Yoongi deshizo el abrazo y lentamente lo incorporó de un lado de su cama. Que a partir de ese día, sería de ambos.

Los dos se observaron una última vez y antes de que Yoongi cerrara sus ojos. Jimin rompió el silencio e hizo permanecer despierto al pálido— Perdóname.

— ¿Por qué debería perdonarte? No has hecho nada malo — le respondió Yoongi acariciando dulcemente la mejilla ajena haciendo que el menor bajara la mirada.

— Jihyo va a vengarse por aquella discusión, siempre lo hace— comentó Jimin sin mirar a los ojos al otro.— Pero esta vez no la pagaré yo directamente, sino algo que aprecio.

—  ¿A qué te refieres? ¿"Algo que aprecio"? ¿De qué se trata?— preguntó el mayor algo preocupado acercándose al pelirrojo.

Tomó sus manos y se hizo debajo del rostro del chico de tal forma que su mirada baja coincidiera con la suya.— Ella irá por ti Hyung.

Yoongi no sabía cómo tomarlo. Era cierto que la fiscal y él se cortaban claramente pero ¿Jihyo estaría dispuesta a vengarse con él de tal manera que heriría a Jimin? El mayor no sabía si sería capaz aquella mujer de hacerlo, estaba seguro que aunque no fuera su hijo así fuera un poco de afecto le tendría. Jimin era de las personas que se quedan grabados en tu corazón así fuera un poco.

Porque él era testigo de que sí. Aquel niño de cabellos rojo demonio y mirada angelical que había visto aquel día en que se conocieron en la comisaría, había quedado con ganas de conocer más del chico, mucho más, conocerlo, analizarlo, sentirlo...Y probarlo.

— No dejaré que te haga daño—  aseguró Jimin mientras el sueño se lo estaba llevando. Sus labios vocalizaban lento y sus ojos se habían cerrado.

Yoongi besó la frente del menor y permaneció allí— Lo sé. Ahora duerme pequeño, descansa tus lindos ojos. Mañana será un día mejor.

 Mañana será un día mejor

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
❦ Between Our Lips ❦ Yoonmin「Finalizada」Where stories live. Discover now