El dolor del pasado

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Después de salir de la enfermería Draco y yo nos miramos, y como si hubiéramos pactado un trato, nos dimos una corta despedida y fuimos por lugares diferentes.

Todo esto era tan incomodo, quería ser amigo de Draco, él no me detestaba, solo teníamos que hablar, pero hablar era tan...

Claro, totalmente valiente para enfrentar magos asesinos, pero para darle las gracias a alguien eres un cobarde.

No, no y no, esa era otra cosa que tenía que cambiar de mí, estaba más que dispuesto a quitar esa mala costumbre que tenia de auto compadecerme, ya que lo pienso talvez hacer una lista seria de ayuda, aunque eso suene como uno de esos estúpidos libros de auto ayuda que le regalaban sus "amigas" a tía Petunia.

Cuando llegue a la sala común mis amigos estaban en el sillón hablando, cuando pase por el cuadro ambos me miraron.

- ¿qué tal te fue con Malfoy? – Pregunto Hermione con curiosidad.

- Bien, la verdad no estoy seguro, todo se sintió bastante extraño, supongo que el hecho de que ninguno le lanzo un hechizo al otro es un avance ¿verdad? – dijo algo nervioso mientras caminábamos a nuestra habitación, en la sala común había demasiadas orejas chismosas, literalmente.

- Harry, tienes... tenemos, que hace las paces con él, nos salvó, su madre te salvo.

- Aunque nosotros también lo salvamos de chamuscarse en la sala de menesteres – murmuro algo renuente mi pecoso amigo.

- Ese no es el punto Ron, nosotros no estábamos presionados por nuestra familia, él también la paso muy mal si lo miramos objetivamente después de todo lo que nos contó Harry

- Por favor nunca le digan lo que les conté lo que paso con ese maldito hechizo de ese maldito diario.

Narrador

Mientras tanto en otro lado de Hogwarts, más concretamente en las mazmorras estaba un chico de cabellos platinados mirando una de las ventanas en las cuales se podía ver algunos peces y a veces unos grindylows.

- ¿Qué pasa Draco? Te ves pensativo – dijo el chico de cabello rojo recostado en un sillón viendo al pálido chico, después de volver de la enfermería Sam estaba tan avergonzada que corrió a su cuarto para que nadie pudiese reconocerla.

- Nada – miro con desconfianza a su alrededor con desconfianza e hizo una seña para que fueran a su dormitorio, al cerrar la puerta, Malfoy se dejo caer pesadamente en su cama.

- ¿Tan malo fue estar a solas con Harry? – pregunto Max con una ligera risa, sentándose al borde.

- Todo es tan incomodo – Draco no había despegado del todo su cara del colchón así que casi no se oía lo que decía.

- Okey okey, entiendo, o bueno, mas o menos, solo se lo que vi en los periódicos y todos sabemos que la información de ahí no es muy imparcial que digamos – dijo el chico rápidamente, Draco se levanto y se sentó con las piernas cruzadas sobre el colchón.

- ¿quieres un resumen de siete malditos años? – la cara del platinado mostraba una mueca agria muy común en su cara.

- Seria muy útil, recuerda que solo los conocí hace como una semana

- En primer año rechazo mi amistad y me metió en el bosque prohibido, en el segundo me lanzo una serpiente a la cara, en tercero hizo que una estúpida ave gigante casi me quitara el brazo y la sang... su amiga me rompió la nariz, en cuarto hizo que me convirtieran en hurón, en quinto...

Las palabras se le quedaron atoradas en la garganta, después de ese año las cosas se ponían realmente malas, era cuando Voldemort había vuelto y con ello se terminaban los juegos de niños y comenzaba la pesadilla.

- En quinto volvió Voldemort y se quedo en mi casa, todo era oscuridad, tinieblas, miedo, dolor, tuve un poco de calma al venir a Hogwarts y distraerme tratando de descubrir donde se escondía ese estúpido cara-rajada y su banda de amiguitos pero inevitablemente tuve que volver a la Mansión Malfoy, en sexto las cosas fueron realmente un maldito infierno, tuve que hacer algo que no quería para complacer a mi padre, a la loca de mi tía y volverme en un mortifago (lo cual nunca quise), tu queridísimo Harry me hizo una horripilante cicatriz en el pecho lanzándome un hechizo que por poco me mata, sin mencionar que casi mato a Dumbledore si no hubiera intervenido mi padrino. En séptimo de nuevo en casa con un montón de mortifagos, tortura, asesinato, escuchar los gritos desde mi habitación y el desprecio de todos por no poder matar al viejo y cuando pensé que no podían empeorar las cosas ¡sorpresa! Tuve que fingir que no conocía ni a Potter ni a ninguno de sus estúpidos amigos porque claramente fueron idiotas y se dejaron atrapar, luego escapo y ganaron, y yo y mi familia cenamos junto todos los demás como si siempre fuéramos de su lado, mientras yo trataba de no parecer débil ante todos al llorar porque habia perdido a mi padrino.

- Wow, definitivamente ustedes sí que tienen historia y no la más agradable

- Y tu quieres que me haga su amigo ¿Cómo? Si él nunca hubiera nacido... - sin darse cuenta mientras hablaba había pegado sus piernas a su pecho.

- Muchas personas hubieran vivido el infierno que tu viviste, el mundo mágico y el no mágico estarían dañados permanentemente – dijo Max poniendo su mano en el hombro de Malfoy - Draco, Harry no es perfecto, tú lo sabes, Herm y Ron lo saben, yo lo sé (y lo conozco desde hace poco), pero fue esa luz de esperanza para muchos, eso que los hizo pensar que se podían salir de los malos momentos y sé que para ti también, o sino lo hubieras delatado esa vez que dijiste.

- Lo se -dijo algo resignado con sus ojos grises llorosos - diablos, hace mucho que quería decir todo eso en voz alta.

- Me pasa a menudo, tengo "eso" que hace hablar a las personas ¿crees que si no lo tuviera podría hacer hablar a Sam? - Ambos soltaron una risa suave

- Aun no hemos solucionado el problema de que no puedo hablar normalmente con cara-rajada – Draco soltó un gruñido de frustración mirando al techo.

- Mira, tu te le acercas y le dices "oye, creo que me perdí en el bosque de tus ojos ".

- Borra de tu cabeza alguna cosa buena que dije de ti, eres un imbécil.

Tension SexuelleWhere stories live. Discover now