La hija de la casa Black

La reunión de Voldemort

Lilii estaba afuera del estudio, esperando la enorme serpiente que le avisaría el momento en que tendría que entrar. Mordiendo los labios observó el vestido que tenía puesto, ella estaba usando un vestido negro largo, que su querida tía Bellatrix había escogido para ella. Aunque era un vestido que Bellatrix, con quien no tenía una muy buena relación, había escogido debía admitir que se veía bastante bien.

- Debes entrar—siseó una voz

- Gracias—susurró Lilii

Lilii observó a la enorme serpiente y la siguió.

El estudio tenía un grupo de personas dentro, sentadas alrededor de una mesa, quienes le veían con extrañeza. Lilii se acercó al asiento vacío que le habían colocado, al lado izquierdo de un hombre... que no parecía hombre sino una criatura semi humana. Aquel ser tenía la piel sumamente pálida al punto de parecer un brillo perlado, era calvo, en lugar de la nariz tenía dos rendijas haciéndolo lucir como una serpiente y sus ojos rojos tenían pupilas verticales. Lilii se sentó a su lado, mientras su tía Bellatrix, quien estaba a mitad de la mesa, parecía estar deseando cambiar de posición con ella.

- Supongo que la conocen como Lilith Malfoy...—habló Voldemort con algo que parecía una sonrisa—ahora mismo la presentaré formalmente... ella es Nimueh... mi hija...

Algunos de los presentes mantuvieron el aliento, mientras que Lilii luchó por no hacer una mueca de desagrado ante el nombre simplemente dando una pequeña sonrisa.

- Aunque, por el momento, seguirá llamándose Lilith... al llegar el momento será conocida por todo el mundo mágico como Nimueh—siguió Voldemort

Lilii sonrió con su mejor actuación posible, mientras dirigía una sonrisa tranquila, pero amenazadora a los demás.

- Estoy a su cuidado—sonrió Lilii

Lilii mantenía los ojos sobre su "hermano", quien estaba con aquellos que le habían cuidado y mantenido viva durante estos años. Sus ojos no se despegaban de él, mientras que él observaba fijamente el cuerpo que se encontraba flotando sobre aquella mesa.

Lilii recobró la atención a su alrededor cuando escuchó un grito, lleno de miseria y de dolor.

Tendré que revisarle después..., pensó Lilii mientras veía a todos sobresaltarse. Que niñas...

- Colagusano—llamó Voldemort—¿no te he dicho que mantengas a nuestro prisionero tranquilo?

- Si, m...mi señor

Lilii evitó hacer una mueca de asco al ver a aquel sujeto escabullirse y salir de aquella habitación a toda prisa.

- Como estaba diciendo—continuó Voldemort—ahora soy más listo, necesitaré, por ejemplo, tomar prestada la varita de uno de ustedes antes de ir a matar a Potter

¡Sin muecas!

Lilii observó a los seguidores, ningún solo voluntario. Así que antes de que hablase con los Malfoy, ella habló.

- Ofrezco mi varita, padre—siseó Lilii mientras sacaba su varita

- Ah, querida, me enorgulleces—siseo Voldemort mientras hacía que Lilii guardara su varita—¿ningún voluntario? Déjenme ver... Lucius, no veo razón para que sigas teniendo una varita

Lilii sintió su cuerpo reaccionar, su cuerpo instintivamente se volvió tenso mientras miraba a Draco, quien aún mantenía la vista en el cuerpo.