VIII

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Nada era normal, todo había cambiado radicalmente, muchos se preguntaban sobre la actitud de su jefa, pocos acertaban, otros sólo murmuraban cosas inciertas. Dos semanas habían pasado desde la vez que Karla y Santiago habían hablado, dos semanas donde Caroline pensaba sí el divorcio era la solución correcta, ella amaba en verdad a su esposa. Pero lo peor de los casos, es que el amor no era correspondido, había salido de la boca de la chica Pimentel.

Caroline bajaba tranquilamente las escaleras acomodando su elegante traje, faltaban cuarto para las nueve de la mañana, todavía tenía tiempo. Llegó al comedor, todos esperaban por ella.

-Buen día. - Dijo con ánimo lamentable.

-Buenos días. - Dijeron todos al unísono.

-Pero que guapa te miras con ese traje. ¿A donde vas hermana?. - Pregunta su hermana menor, Mariam.

-Negocios hermana, solo negocios. - Su postura era dura. Su esposa estaba a su lado derecho desayunando.

-¿Que tipos de negocios? Y no trates de evadir mi pregunta, ¿A dónde irás?. -Volvió a preguntar.

-Me iré por unos días a Miami. Un inversionista está tratando de entrar como mi socio, quiere ver este asunto personalmente. - Ya nada le importaba, su vida estaba arruinada, no sólo la dejó estéril, si no que ella tendrá un hijo. Entienden eso, un hijo que no llevara su sangre.

-Antes de que se me olvide, René marcó, dijo que necesitaba hablar contigo. - comenta su padre.

-Gracias, pasaré a verla cuando pueda. -Suspiró pensando si era buena idea firmar los documentos.

-Hace tiempo te notas rara, ¿Que sucede hija?. - Cuestiona su Madre, todos miraron donde ella.

-Yo no sabía cómo decirles esto pero trato de asimilarlo pero yo...... - La frase quedó inconclusa, alguien la interrumpió.

-Seremos madres. - Contestó Karla.

Todos ahí presente saltaron de sus asientos para felicitarlas, Caroline seguía en shock, nunca le pasó por la mente que ella diría eso. Se había formado una fila donde todos pasaban a darle un abrazo a Karla.

-Hija está es la mejor noticia que nos pueden dar, tendremos otro nieto. - Su padre la abrazo y le dio palmadas en la espalda.

-Eh si papà, gracias. - Su animo seguí ahí, no se había ido.

-Algo me dice que no estas alegre por la noticia. - Indagó el viejo para ver si lograba sacar algo de platica.

-No es eso padre, me he estado sintiendo algo mal, el golpe me dejó jodida, en ocasiones siento punzadas en los testículo y es algo incómodo. - Dijo así nada más, sabía que su padre caería en eso.

-Deberías cuidarte un poco más. -Aconsejó.

-Lo haré, por ahora ya tengo que irme, lavare mis dientes e iré por mi maleta. -Los demás seguían celebrando, Karla al notar como su esposa hablaba con su padre y tocaba su miembro pensó que le había dicho la verdad pero noto en el rostro de su suegro preocupación.

Caroline volvió a su habitación compartida con su esposa, Karla fue tras de ella. En efecto, la maleta estaba ya echa en la cama, se imagino que su aún esposa estaba en el baño haciendo sus necesidades. Dio algunas pisadas hasta quedar en el arco de la puerta y ahí estaba su mujer, su miembro estaba en su mano derecha haciendo pipi, vio como limpio su pene, observó todo pero Caroline aún no se percataba de que ella estaba ahí.

-Mierda.. - Se escucho que dijo Caroline al ver a su mujer ahí parada. Se había asustado sin duda.

-Disculpa, no fue mi intención asustarte. - Agachó la cabeza.

"No Pretendo Que Me Quieras"Where stories live. Discover now