D O S

235 22 19
                                    

El nacimiento de un villano
 


— P-por favor... no lo hagas — me suplicó el hombre que se encontraba de rodillas frente a mi—. Le pagaré... te prometo que lo haré.

Aquel hombre temblaba desmesuradamente y su cara estaba sucia por el polvo y las lágrimas que estaban escapando de sus ojos, aquel ser se veía completamente miserable, pero no me hizo dudar ni por un segundo en levantar mi arma y colocársela en dirección a su cabeza.

—Eso fue lo que nos dijiste la vez pasada —mi voz sonaba burlona, pues en realidad ya estaba harto de este tipo—. ¿Y qué paso? Intestaste huir —me arrodillé y coloqué el arma en su frente, cosa que lo hizo estremecer, sonreí ante aquella reacción—. Vamos Frollo ¿en serio creíste que podrías esconderte de mí?

El hombre negó con la cabeza permitiendo que su grasiento y canoso cabello se sacudiera levemente.

—P-por supuesto que no —habló con voz temblorosa—. S-solo quería tiempo para poder juntar el dinero.

De nuevo una pequeña risa escapó de mis labios al escucharlo.

—Muy bien ¿y dónde está?

Sus ojos de pescado muerto se abrieron de par en par y pude escuchar perfectamente como su corazón comenzaba a latir mucho más rápido, al igual que observé desde esta distancia como pequeñas gotas de sudor comenzaban a resbalar por su arrugada cara.

Como disfrutaba hacer sufrir a mis víctimas de esa forma, era mucho más entretenido ver como sus mentes colapsaban, que verlos colapsar por los golpes que recibían de mi parte... bueno, tal vez solo un poco.

—Y-yo —volvió a hablar—. Y-yo se lo he dado a mi esposa... —su voz sonó un poco más segura esta vez—. ¡Si! Se lo he dado a mi esposa para los medicamentos de nuestra hija... ella está muy enferma y no tenemos el dinero suficiente para pagarle el tratamiento.

Carajo, como iba a disfrutar esto.

Los tipos como Claude Frollo son una basura, incluso una mucho peor que yo. Una que no le importa mentir simplemente para salvar su miserable pellejo.

—¿Oh de verdad? —pegunté con una voz que no ocultaba mi sarcasmo— ¿Y cómo se llama tu hija?

De nuevo pude apreciar el miedo en su ojos.

Se me daba muy bien el darme cuenta cuando una persona está mintiéndome, puedo leerlo perfectamente con cada una de sus expresiones o movimientos y este tipo frente a mí era como un maldito libro abierto.

—Se llama E-esmeralda.

Y con eso mi puño impactó contra su mandíbula dejándolo tirado en el suelo.

—Eres un jodido asco Frollo —le espeté con rudeza, el vejete levantó el rostro y pude ver como de su boca salía sangre a causa de mi puñetazo— Como si Pitch no supiera que has gastado el dinero para meterte en un maldito prostíbulo y en jodidas apuestas.

Y por fin pude ver su cara llena del más puro terror al ser descubierto, ese miserable no se había dado cuenta que vigilábamos todos sus movimientos, desde que piso por primera vez la oficina de Pitch, sus días estaban contados.

—Escuchar decir el nombre de una inocente niña salir de esos asquerosos labios tuyos —continué volviendo a colocar el arma en su frente— Solo me confirma la escoria que eres.

—N-no... te lo suplico.

Se estaba arrastrando, pidiéndome misericordia como la sanguijuela que era, pero yo tenía un trabajo y este gilipollas no iba a hacer perder más mi tiempo.

❝Sempiterno❞ |CLJelsa4|Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu