Razones Para Olvidar

El hombre de ojos rojos

Trabajo sin parar hasta las 12 de la noche donde por primera vez desde que llego se pudo sentar con una botella de agua en la mano.
El hospital era tranquilo y se sentía muy bien estar ayudando aun que sea como enfermera ya que sabia que en tan poco tiempo pudo demostrar sus grandes habilidades y conocimiento en la medicina siendo felicitada por el personal medico. 

Un doctor grande de edad se paró en frente de ella y le dijo que tenía que acompañarlo, lo siguió por varios pasillos hasta que se detuvieron en frente de una puerta.

-Lo que veas a partir de aquí no se lo contaras a nadie ¿Quedo claro?-la miro serio.

-Si-dudo.

Era un consultorio, en la cama estaba acostado un joven de cabellera larga y color negro pero este se resistía contra unas enfermeras que querían amarrarlo a la cama.
En la esquina de la habitación se encontraba una criatura de 1.90, su piel era color azul y parecía un tiburón, se apoyaba en su espada mientras miraba divertido la escena.

-T... traje a la señorita Sakura ella es una muy buena doctora, la mejor del hospital-la actitud orgullosa del doctor había cambiado dramáticamente.  

Sakura sintió la mirada de todos así que opto por presentarse:

-Mucho gusto-hizo una pequeña reverencia a los presentes. 

-No dejare que nadie me inyecte-dijo por tercera vez el joven de la cama.

Las enfermeras que trataban al joven voltearon a verla en señal de ayuda, pudo notar la incomodidad de ellas no solo porque el hombre era guapo sino que tenia esa mirada asesina que le lanzaba a cualquiera que se le acercara con una jeringa en la mano. 

-¿Nos pueden dejar solos, por favor?

No basto que lo dijera dos veces para que todos los enfermeros salieran casi corriendo de la habitación, el hombre que parecía tiburón miro al tipo de la cama y al ver que este le daba la señal de que todo estaba bien decidió marcharse. Ya una vez que se quedaron solos en la habitación pudo respirar tranquila, no le estresaba el paciente sino aquel viejo doctor que la aventó como cerdo al matadero. 

Sakura camino hacia la cama y le quito las correas al joven que lo obligaban a estar acostado, el joven rápidamente se sentó en la cama. No le quitaba la vista de encima a la doctora que a diferencia de las otras enfermeras ella no parecía temerle. 

-"Si ves aquellos hombres caminar por la aldea no te metas con ellos"-recordó el sabio consejo de su tía. Tenia que explicarle todo el procedimiento aquel joven para evitar malos entendidos-. ¿Como te llamas? 

El joven se mantuvo serio.

-Te lo decía a ti... pared-bromeo.

-Que graciosa. Me llamo... Itachi Uchiha-contesto serio sin alguna pizca de gracia. Se le hacia extraño que no lo reconociera pues era el criminal más buscado del mundo ninja. 

Al escuchar el apellido sintió como su corazón se estrujara fuertemente. Respiro onda y fue sacar al cajón unas cremas que servían como anestesia local.

-Al parecer no te gustan las inyecciones y por lo que me acaba de decir el doctor es que necesitas una pequeño chequeo en la vista- se puso unos guantes de látex y le mostró la anestesia.- Necesito que te acuestes, pondré la medicina en tus ojos, poco a poco para que los dejes de sentir.

Itachi la miro serio y obedeció.

Su cuerpo comenzó a dejar estar tenso por los delicados movimientos de la joven, su cabello olía a cerezos y tenía unas manos tan suaves a pesar de solo sentir el plástico. 
Sentía que la conocía de algún lado o al menos que la había visto.

Sakura estaba concentrada en su trabajo que no se dio cuenta de la mirada penetrante del Uchiha. Aquellos ojos rojos le cautivaban pero también le transmitían miedo. 

-...Donde la villa termina
a entradas del bosque,
aquí me aparte por el
bien de la doncella...

Itachi comenzó a quedarse dormido por la canción que cantaba la joven, por primera vez se sentía en paz, relajado, no le preocupaba que esta chica fuera capaz de lastimarlo. Cerró los ojos que para él fueron segundos hasta que unos pequeños golpecitos en su hombro lo despertaron.

-El chequeo fue un éxito, pude reconstruir pocas células de tu cornea y así poder mejorar un 15% tu visión-le dijo feliz.

-Gracias-se levanto poco de la cama y noto que podía ver con mucha más claridad. 

Aprovechando que su vista era mucho más clara y amplia observo con detalle a su doctora, era una joven de nomas de 20 años, cabello rosa que le llegaba un poco abajo de los hombros, piel blanca y unos hermoso ojos color verde esmeralda que lo cautivaron. Sabia que no seria la ultima vez que la viera y de eso él se encargaría. 

-Vuelve la otra semana para revisar cómo sigue tu vista-le sonrió.

-Vendré de nuevo, Sakura.

N/A

Ya se conocieron nuestros enamorados!! Que viva el amoooooor!!