Deseo Odiarte

Treinta y siete

-Entonces, ¿cuándo me lo presentas?

-Uhm, pues no se quizá cuándo este desocupado. ¿Por qué tanto el apuro?-dije nerviosa.

Si descubría mi mentira ya no confiaría en mí.

-Simple curiosidad bonita. Y dime, ¿qué tiene de especial ese tipo?

-Él es perfecto-dije y una sonrisa se instaló en mi rostro al recordarlo. -Tiene unos lindos ojos cafés, una sonrisa de comercial, un carisma impresionante, una voz adorable y a la vez tan ruda. Al principio era un patán conmigo pero ahora es todo un amor. Su sola presencia me pone nerviosa y me dan unas ganas enormes de correr a sus brazos y besarlo cómo si no hubiera mañana-continúe describiéndolo.

Esperaba que se diera cuenta que en realidad lo describía a él y que mi "novio" en realidad no existía. En realidad si tenía pero él no lo sabía; estaba justo frente a mí.

-Entonces, el amigo es muy especial por lo que me dices... ¿Lo amas?-preguntó después de una pausa.

-Más de lo que te pudieras imaginar.

-Pues dile que tenga mucho cuidado con lo que hace-dijo amenazante. Su voz era aún más sexy.-También dile que necesito hablar con él-me quedé congelada, esa mentira estaba llegando muy lejos - Entre más pronto mejor. Es más mañana mismo.-dijo decidido.

-Ya te dije que no se si él tenga tiempo y no se si quiera, quizá no le agrade conocerte - intenté disolver la idea, pero no tuve éxito.

-¡Mañana he dicho! ¿Cómo no va a tener tiempo para ti bonita? mírame a mi, sólo soy tu amigo y aquí me tienes. Y me importa un comino si me quiere conocer o no; eres parte de mi vida y jamás te dejaré.