El Destino unirá a una princesa que vive en soledad obligada a ser quien no es y un guerrero legendario que ha olvidado su pasado ¿Cómo terminará todo?
Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.
Mérida se escapó del castillo donde residía a bordo de su caballo Angus, quien galopaba velozmente hacia los bosques del reino.
Ya estaba harta, harta de vivir una vida no deseada harta de que otros decidieran por ella sin tenerla en cuenta... harta de su madre.
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Ahora su madre Elinor no sólo se había tomado la libertad de decidir sobre su destino, sino que también le había quitado a su único y mejor amigo, encarcelándole, privándole de su libertad.
¿Cómo es que su madre había podido hacer tal fechoría? Sin duda esta vez se había pasado y Mérida tardaría en perdonarla.
No sólo se había encargado de borrar uno de los recuerdos más importantes de su vida, sino que había borrado la esperanza de volver a ver a su único amigo, una esperanza que tuvo durante estos años.
Recuerdo.
"¡Aaaaahh!"
Un oso de tez oscura estaba arrinconando una niña de cabello rojizo, quien trataba de defenderse disparando flechas desde su arco, pero para su sorpresa el oso logró desviar todas las flechas de manera sencilla.
Aquel oso era Mor'du, un peligroso oso que vivía en las zonas más profundas del bosque de Dunbroch, varias veces había salido de su hogar, causando estragos por donde pasaba.
"¡Goaaaaaar!
El grave gruñido que emitió el oso asustó aún más Mérida, quien entrecerró sus azulados ojos mientras varias lágrimas surcaban dichos ojos, esperando lo peor.
"¿Qué puedo hacer"-. Pensó la princesa sumida en la desesperación e impotencia mientras esperaba el cálido abrazo de la muerte.
"¡Oye tú!"
La voz de un infante sonó a unos metros de ella, y al abrir los ojos se percató de la presencia de un chico más o menos de su edad, cabello puntiagudo que desafiaba a la gravedad y un dogi anaranjado.
"¿Quién es ese chico?"-. Se preguntó la princesa mientras se limpiaba las lágrimas y tomaba su arco, dispuesta a seguir lanzando flechas contra Mor'du.
-Deja a la chica o te haré daño- habló el chico de nombre Son Goku, con bastante valentía, mientras miraba hostilmente al gran oso.
Goku apareció frente el oscuro oso manteniendo una desafiante mirada en sus ojos ónix, aunque era obvio que el animal no había entendido ninguna palabra.
"¡Goaaaaaar!"
El oso volvió a emitir un feroz gruñido y de esta manera se abalanzó sobre Goku tratando de acabar con su vida mediante aquel ataque.
