I

1.9K 167 36
                                    

Seúl, Corea

5.35 P.M

Sería un típico viernes, luego de la universidad de no ser porque Jungkook de nuevo ha enloquecido y a lo que me refiero por enloquecer, es a su injustificados ataques de posesividad que a esta hora del dia no me apetece lidiar porque estoy cansado y rumbo al metro en plena hora pico, por lo general, sus ataques de posesividad me parecen ¿tiernos? quizá, a veces no, pero justo ahora estoy al borde de una crisis a edad temprana, ahora solo quiero llegar a casa porque la cita a la que íbamos claramente yo ya no la quiero tener.

Esta cita es de las pocas que hemos tenido desde que decidimos oficializar, ser roommates fue algo complicado de llevar para ambos sobretodo por la exasperante e inexplicable tensión sexual que siempre había entre nosotros, la cual no sabíamos cómo lidiar porque la mayor parte del tiempo me cae mal, quisiera golpearlo porque francamente me vuelve loco, la otra simplemente es un poco... tierno.

Todo pasó muy rápido entre nosotros dos, un día estábamos discutiendo por quien había dejado la llave de la ducha goteando y al siguiente estaba él entre mis piernas o yo en las de él daba igual, normalmente el que estaba más enojado tenía el control ¡Y Ni Siquiera tuvimos que ponernos de acuerdo con ello! ¡Se dio así como si acaso la química sexual entre ambos hubiera sido predestinada! Lo cual es irritante e hilarante a la vez porque se suponía nos odiabamos, quizá no nos odiabamos lo suficiente para terminar siempre resolviendo las cosas de la misma manera...sexo y no cualquier tipo de sexo, es esa clase de sexo en el que quieres entrar rudo, fuerte y sin pausa, hacerle saber que no estas equivocado al enojarte, sexo sin piedad como castigo, solo por hacerte sentir la mierda que estás sintiendo en ese momento, sea la merezcas o no. Sexo de odio le suelo llamar.

De la nada el sexo de odio se hizo más común entre nosotros dos, transformándose en amigos que se satisfacían fingiendo ser solo amigos, mudandonos de cama en cama con la excusa de estar lo suficiente enojado con el otro, Já. Lo siguiente fue mi "maravillosa" idea que carcomió mi psiquis al pensar que como no quería deberle favores pagarle con sexo era lo más consecuente. El "Amigos que follan casualmente" súbitamente se transformó en un ir y venir emocional, porque yo no quería que fuera mi pareja por más de que él insistiera con ello, pero la idea de que estuviera con alguien más era impensable.

Al final cedí como siempre y ahora estamos saliendo, resulta que en estos 6 meses desde que nos conocemos descubrí que a Jungkook no se le puede decir que no nunca, ni aunque se quiera y a lo que me refiero con "Ni aunque se quiera" es que en el fondo nunca quiero, me gusta la idea de hacerme rogar un poco, porque al final siempre gano. Irónicamente terminé enamorado de mi roommate por más cliché que eso suene, tanto que considero ser la persona más ridícula del mundo y si no lo soy, debo estar cerca de serlo.

El plan era sencillo, él pasaba por mí en la universidad, iríamos a caminar por Itaewon cenaríamos algo y luego con suerte estaríamos en casa, diciéndonos lo mucho que nos queremos, porque yo quiero a Jeon, ni siquiera él dimensiona cuanto aunque a veces no lo soporte.

Esperé por él un par de minutos en la entrada principal y en el transcurso se acercó a mí Hyung Sik, debo aceptar que antes de que Jungkook apareciera en mi vida tuve un breve romance con Hyungsik y no es que las cosas entre nosotros terminaran mal, simplemente él viajaba mucho al ser un profesor de investigación, ah sí... porque Hyung Sik fue también mi profesor y Jungkook lo sabe, varias veces lo llevé a casa cuando Jungkook recién se mudó, sabe que hubo algo, aunque nunca hubiera preguntado directamente. Él nunca preguntó y yo nunca quise aclararlo, quedó en el aire así como el día que me presentó como su novio, jamás me lo pidió, pero yo tampoco quise corregirlo.

        No tengo claro en qué momento sucedió todo, yo estaba hablando con Hyung Sik sobre unos libros que necesitaba para una clase y él me dio unas sugerencias de donde podría encontrarlos, lo siguiente que sentí fue la grande mano de Jungkook posada sobre mi espalda baja con posesividad, reclamando por mí atención, desvíe la mirada a su mano y la regresé a Hyung sik enfrente de nosotros, que por suerte no tenia idea lo que Jungkook está intentado hacer, como si marcara territorio. Maduro muy maduro.

EVERLINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora