Donde un detective policial, una recaudadora de deudas ilegal, un asesino por contrato, una ex militar mercenaria y un niño prodigio, forman un equipo para combatir los crímenes más violentos de la ciudad.
"Cariño no digas que quieres a un chico mal...
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Estaba sentada en una sala de espera, mis brazos estaban cruzados en mi pecho y mis ojos estaban frenéticamente recorriendo el lugar con paredes blancas. Mi corazón se estaba acelerando, y mi pies golpeaban repetidamente contra el suelo, volviéndome loca tratando de pensar en algo. Casi grito cuando la puerta a mi izquierda se abrió, dándome cuenta que ni siquiera había pensado en una historia aún, hasta que note quien era la persona que salía de aquella habitación.
Jackson Wang.
Nuestros ojos se encontraron por un momento y nos miramos el uno a el otro en shock, hasta que el sonrió a la enfermera, continuando con la conversación como si de nada se tratase. Rápidamente cerré mi boca la cual estaba abierta en shock, mirando hacia abajo a mis manos y actué como si tampoco lo conociera. Estaba lidiando con mantener mi rostro serio e impasible mientras que dentro de mi cabeza estaba gritando. No podía creer que el realmente estaba allí y tampoco tenía idea de cómo era posible que el estuviera allí.
Fui con mi amigo, el recaudador, Félix para preguntarle por información. Me termino contando sobre una clínica que recientemente había abierto en el área, ofreciendo ayuda a criminales. Estaba en el segundo piso de un edificio, sobre un restaurante de fideos abierto 24 horas que hacía que la sala de espera oliese a salsa Jajangmyeon. El doctor que probablemente trabajaba allí no tenía licencia y seguro estaba protegido por la mafia. La razón por la cual Félix instantáneamente pensó en el fue porque alguien que trabajaba para su jefe fue disparado hace un tiempo, necesitando un reemplazo de órgano y fue enviado a éste con el rumor de que tenía cada parte humana que pudieras imaginar guardada en su gran congelador.
No tenía idea de cómo el detective pudo encontrar este lugar. Estaba pretendiendo mirar mis manos, mientras que mis ojos volvían a mirarlo a él. Sonreía forzadamente hacia la enfermera la cual estaba haciendo lo mismo.
-Lo siento señor, pero ha cometido un error... esta clínica no ofrece lo que busca. Tendrá que buscar por ayuda psiquiátrica en otro lado.-Hablo dulcemente la joven chica.
Esas palabras rápidamente hicieron que tosiera, colocando mi mano en mi boca conteniendo la risa. La enfermera me dio una mirada extraña, mientras que Jackson suspiro con decepción.-Creo que estaba equivocado... de todos modos, me iré. ¡Tenga un buen día señorita!
Me levante de mi lugar, preparada para entrar a la sala del doctor. Jackson asintió educadamente hacia mi, pretendiendo aun no conocernos aunque al pasar por mi lado lo escuché aclarar su garganta.-Distráelo. Tiene una orden de órganos que entrará en unos segundos, Hyunjin y Yiyeon están esperándolo fuera.-Susurro rápidamente para luego irse.
Mordí mi labio inferior para tratar de no reaccionar. Después le sonreí a la enfermera, dejándome que me guiara hacia la oficina del doctor. El era un hombre joven, quien claramente se notaba que estaba drogado sin importarle que estaba trabajando. El caminaba alrededor de la habitación, moviendo sus manos por el aire y hablando rápido, tanto que apenas podía seguirle el ritmo. Me senté en su mesa de examinacion, finalmente pensando una mentira a ultimo momento.
