Capítulo 12

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Lograron llegar a la habitación en una sola pieza, pero Jungkook estaba casi psicóticamente demente por la incredulidad, el shock finalmente se abrió paso por su cuerpo.

—¿Simplemente dejarás que se vaya? —preguntó incrédulamente Jungkook. —¡Intentó matarme!

—Era el deseo de Asha. —dijo Yoongi, sentándose fuertemente. —Yo...desafié su voluntad.

Sus manos estaban agarradas y su dedo índice daba golpecitos contra sus nudillos en un gesto que Jungkook reconoció como su tic nervioso. Tomando un fuerte respiro, Jungkook se arrodilló, con su mirada suavizándose. El cariño que sentía hacía Yoongi resucitó mil veces.

—Yoongi. —dijo Jungkook. —Me salvaste.

—Me arrepentiré. —declaró Yoongi y Jungkook retrocedió, herido. Yoongi captó su mirada y clarificó: —Ella hará que me arrepienta.

Jungkook lo entendía. Las acciones no iban acompañadas sin consecuencias, especialmente bajo el dominio de Asha. No hacía que el dolor y el enojo por el rechazo de la amistad de Jimin fuera menos, pero al menos Jungkook estaba agradecido de poder confiar en alguien en este lugar.

Afuera, la noche había caído. Las estrellas iluminaban el cielo y las antorchas las calles. El júbilo iluminaba las calles públicas como una llama. Pero dentro de su habitación, ese momento permanecía en silencio.

—La desafiaste. —habló suavemente Jungkook. —Por mí. P-pensé que no querías estar conmigo por ella.

—No a costa de tu muerte. —dijo Yoongi —me gustas. Lo haces. Más de lo que debería.

Tentativamente, Jungkook preguntó: —¿De forma romántica?

—Cada movimiento, cada broma que haces. —la voz de Yoongi sonaba estrangulada. —Era una tentación.

—No podía haber sido tan atractivo. —lo encontraba difícil de creer. ¿Qué mierda?

—Me estaba restringiendo a mí mismo. —volvió a decir Yoongi. —Esa noche.

—¿La noche que fui ofrecido a ti?

Una pausa.

—Sí.

Con la boca abierta, Jungkook lo miró estúpidamente, con su mente sin ninguna respuesta coherente.

—Eres buen compañero, también. No es solo físico. —dijo Yoongi, con los ojos dilatados. Cada respiración estaba calculada. —No puedo resistirme más.

—Tú... —dijo Jungkook, sorprendido. Avanzó un paso, envolviendo la cara de Yoongi entre sus manos.

—Consumaría el ritual ahora —dijo Yoongi —, si te apetece.

Por un momento, Jungkook simplemente lo miró.

Y luego la alegría explotó en su pecho. Cálidamente, una sensación de vértigo se extendió por el resto de su cuerpo.

—Sí me apetece. —respondió Jungkook. —Por supuesto que me apetece.

Por un momento, los dos se quedaron quietos. La mirada Yoongi vagó sobre el con interés, como si estuviera inseguro por dónde comenzar. Jungkook lo ayudó inclinándose y besándolo, ligeramente, pero de forma placentera. Era algo que deseaba desde hace un tiempo. Las manos de Yoongi botaron una jarra de vino de la mesa, quizás por su emoción. Se estrelló contra el piso, derramando vino en el suelo de mármol.

—¡Por Dios! —exclamó Jungkook, separándose del beso para mirar al desastre junto a ellos.

—Olvídalo. —dijo Yoongi, con los ojos oscuros. Tiró a Jungkook a la cama. —Alguien vendrá luego para limpiarlo.

Displacement (Yoonkook)Where stories live. Discover now