•кuяε+¡jī • [Jjk/Kth]. KOOKTAE. (Finalizada).

F i n a l.- Masacre.

Jeon Jungkook y su elegante pero rebelde vestuario era de los candente del lugar. Esos pantalones de vestir apretando esos apetitosos muslos, su melena suelta con algunos rulos al natural, y esa camisa negra de vestir con decorativos insignificantes era de lo más ardiente.

No iba con pareja, sería muy raro ir con una, pero era asegurado que tendría sexo en los baños del gimnasio o hasta con la princesa del invierno. No se sabe.

Pero tan tranquilo en su mundo que había algo que faltaba y no lo encontraba con su mirada.

¿Y el lindo de TaeTae?.

¿No vendría?, Que desperdicio.

Tomó más de su bebida que reposaba en un vaso rojo, miraba su hora o golpeaba su suela en el suelo desesperado. ¿Enserio no iba a venir?, Bah.

Ese rubio le quitó toda cordura que calmaba su cuerpo, no era mentira. No.

Pero necesitaba ser discreto, muy discreto.

Desde que salvo de su vida se sintió un héroe. Gracias a eso, su cariño se hizo más grande, queriendo protegerlo de todo, y aún así, sin que Taehyung viera, era vigilado por el azabache, a lo lejos siempre.

Oh, sabía muy bien las muertes de las chicas en el instituto.

Él fue un gran espectador, le encantaba, le hacía querer más del menor, ¿Hacer eso por amor?, Oh, era perfecto.

Siempre lo protegería y lo protegerá.

No importaba cuando chicos estarán en el lago Han. Con tal de tener al inocente ser.

La celebración proseguía a poco, una chica invito a bailar a Jeon, él acepto, la canción era rápida, de forma pegada y morbosa.

Marchaba todo bien.

Muy bien para ser verdad.

De pronto el director subió a la plataforma para anunciar de los encoronados del invierno.

Anunciaron a la persona varón, y ganó Jungkook, como siempre y como sería.

---¡Aplausos!.--- chiflaron, aplaudieron, gritaron, todos con euforia.

Estaba apunto de anunciar a la princesa, las chicas se pusieron muy nerviosas. El director iba a decir el nombre, apretaban los labios y hacían cruces con sus dedos.

Hasta que...

---¡Fuego!.--- ahora esos gritos eran de horror, de miedo. Muchos corrieron para la salida pero la puerta la atracaron. Entraban en una desesperación.

Los ductos de emergencia por fin se activaron para dar agua, pero su sorpresa era demasiado, y más gritos horribles con muecas de asco, llenos de sangre de un cerdo, olor fuerte inundando sus fosas nasales. Era todo tan sacado de una película.

Hasta que un sonido chirrante hizo callar a todos.

Y el grito de una víctima alerto a todos de nuevo.

Una joven tenía la espalda abierta por atrás por esa moto cierra, el asesino no tuvo nada de piedad, llendo con demás, quitándoles alguna parte de su cuerpo, o decapitarlos, otros morían por las llamas, otros por los objetos que caían por culpa del fuego. Todo siendo una masacre, y un espectador encantado por todo sonreía.

Pero se esfumó al ver un chico atacar a ese rubio ensangrentado.

Su irá fue al tope y con un fierro caído en el lugar, corrió contra el tipo que sin piedad, lo apuñaló, contables veces, demasiadas, se veían los intestinos..