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Sean había despertado con un buen humor, iría a ver a su chico ya que había dormido de más.
Se dió una ducha, se seco y se vistió para después transformarse en aquel hermoso lobo blanco.

Pero por lado de Ray, a este le estaban a cazar aunque se negara a dispararle a animales indefensos. - ¡No quiero! - Exclama con su entrecejo fruncido pero su padre sigue intentando.

¡Debes de aprender!, Este será tu trabajo, Ray. - Dijo su progenitor algo frustrado, sabía que a su hijo no le gustaba lastimar a los animales, pero era necesario que aprendiera.
Desde lejos, aquel lobezno blanquecino les miraba escondido.

No quería que el chico sea agresivo, lo amaba como es, pero no le gustaría que Ray aprendiera a usar armas. ¿Y si lo intentaba matar? ¿Y si algún día me quiere dar caza?, Eran algunas preguntas que se solía hacer.

Ray ya cansado de que su padre le suplicará todo el rato, acepto.
Cada que disparaba se asustaba horriblemente al punto de que se le salieran las lágrimas.
Dunn le miraba atentamente mientras tenía sus orejas levantadas.

No quería que se convirtiera en un cazador. Tenía miedo de eso.

• • • • • • •

Ya había pasado una semana desde que le estaban entrenando, también le había enseñado pelear cuerpo a cuerpo, lo ponía hacer ejercicio.
Ray en toda aquella semana, extrañaba al lobo pero de vez en cuando lograba verlo ya que se había dado cuenta que este le espiaba.

Su padre se fue, pero regresaría ya que iría por agua y el lobo aprovecho y se acercó a Ray. Este sonrió suavemente y estiró sus brazos y con gusto corrió hasta ellos y le lamió la cara mientras movía su cola.
Ray rió, él sabía que aquella actitud no es normal en un lobo, pero se le hacía muy adorable.

Jugaron un rato, y ambos se acostaron en el suelo con tranquilidad. El can movía su cola suavemente y lamió suavemente la mejilla del chico y este rió con alegría.
Mientras su progenitor, miró todo lo que hizo con el lobo, estaba muy asombrado con la actitud de aquel lobezno.

Se acercó con sigilo, pero Dunn le había escuchado y se levantó gruñendo. Ray se enderezó sentándose en el suelo y le calmó empezando a acariciar su cabeza, lomo y el hocico por debajo; funcionó ya que se relajó.

Tranquilo lobito, es mi padre.- Dijo con una linda sonrisa.
El lobo se fue pero a esconderse para verle de lejos, no le gustaba estar cercas del padre del chico.

Su progenitor estaba confundido que llegó a interrogar a su hijo; de nuevo volvieron al entrenamiento para después en la noche irse a casa y Sean se fue por su lado.

Lobo // Ya No Le Seguí pq perdí lo que escribí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora