Amigos

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Yahir y yo nos la pasamos platicando un par, preguntando lo básico, nuestros nombres gustos y familia, el al enterarse de que vengo de una pareja homosexual adoptiva, se incómodo un poco pero lo dejo pasar, por lo que ví.

Las horas pasaron y no nos percatamos de que la campana de la salida había entonado aquel molesto y ruidoso sonido irritante. Se levantó estírando su brazo a mi para poder levantarme, tome su mano y nos fuimos de aquel colegio.

– Y dime, Alex... ¿Quieres... Ir a un café o a tu casa directamente? – dijo mientras caminaba con las manos en los bolsillos.

Yo sabía que podía ir a cualquier lado con tal de avisarles a mis padres, así que saque mi teléfono y le envié uno, ellos me dieron permiso.

– ¡Claro, me encantaría! – dije sonriente, a lo que mi compañero rodeó su brazo en mi nuca, enganchando mi cuello en su brazo, formando casi un abrazo, me puse más rojo de lo acostumbrado.

– Ok, ven, vamos a una pizzería... – dijo sonriente.

Al llegar al establecimiento. Y pasar un guardia de traje morado que me incómodo bastante con su mirada algo fría pero con una pequeña sonrisa, tomamos una mesa y pedimos nuestra orden, al llegar aquella deliciosa masa circular con queso parmesano derretido, salsa de tomate y pepperoni, mi boca se hizo agua muy rápido.

Nos repartimos en la mitad, comía glorioso, era una de mis comidas preferidas. Yahir por su parte comía lento, al punto en que yo había terminado mi parte y el recién llevaba dos rebanadas.

– Si quieres, puedes comerte mis últimos dos – dijo con algo de pizza en la boca.

Como un niño pequeño aprovechado, tome una rebanada de pizza, dejándole una.

– También quiero que comas... N... No me quiero ver muy envidioso, sinceramente – dije riendo un poco.

– Nah, total, no soy tan fan de la pizza, y soy más de las cosas que suelen haber en las fiestas – dijo comiendo el último pedazo.

– Pero, esto es una de esas comidas... – dije confundido.

– No me refiero a ese tipo de comida... Ya sabes... Esas pequeñas perritas en las fiestas, campeón – guiño el ojo.

Mi rostro reflejaba incomodidad por aquella respuesta, simplemente mire a otro lado, me incómoda mucho hablar sobre ese tema.

– Pero, como sea, vámonos que parece que va a haber una tormenta realmente fuerte y no quiero mojarme – dijo levantándose para ir a la salida, yo lo seguí por obvias razones.

La caminata fue algo incómoda, yo esperaba algo más de el, no se... Algo para atraer, no ha hecho muchas cosas, me incómoda un poco estar a su lado.

Al llegar a nuestra calle el se despidió con unas palmaditas en mi espalda, y se fue con un simple "Chao". Me decepecionó bastante.

El chico del parque - [Furry yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora