Capítulo 6: Aries

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Aarón



Tenía todas mis maletas listas, mi aspecto estaba impecable y solo faltaba mi hermana que se demoraba un siglo en arreglarse, no pensaba llevar a nadie, pero mi madre insistió demasiado con que la llevara.



- ¡Valeria apúrate! - le grité.



Valeria bajó muy calmada de las escaleras, oliendo a perfume y maquillada. Saqué un pañuelo para limpiarle la cara y ella detuvo mi mano con mucha fuerza, para ser una chica menor que yo tenía mucha fuerza pero no más, así que logré liberarme.



Tomé las llaves del carro y entramos con nuestras dos maletas, esta vez mi madre no nos llevaría. Ella y yo éramos del mismo mes y éramos tan parecidos que apenas nos soportamos.



- Dame de eso- dije cuando la vi comiendo un paquete de papas.



- ¡No!



- Odiosa.



Apreté el volante y me dispuse a conducir a la dirección donde quedaba el campamento, yo no iría en autobús, me causaba mareo. Además era mucho mas rápido.



Y al final fui el primero en llegar y no nos dejaban pasar porque no estaba la profesora de artes, así que tuvimos que esperar en el restaurante de al lado y para ello nos tocó comprar algo. Mi hermana por supuesto eligió lo más caro, así que tuve que usar la tarjeta de crédito que no pensaba usar.



El bus apareció media hora después, la primera en bajar fue Charlotte, su piel era tan pálida que seguro que el sol la dejaría como un camarón. Agarré mi maletín y mi hermana me siguió.



- Lo siento la demora, hubieron personas algo retrasadas.



Se quedó mirando a Kairi que estaba con su celular, le di un codazo y él me dio una palmada en la espalda.



- Amigo te perdiste el gran paseo en bus.



- No creo que sea un gran paseo.



- Pero si perdiste a la que te gusta, mirala.



Entonces la vi, acompañada de un chico tan alto que debía medir 1.90, no era feo para mi perdición. Aunque no era tan guapo como yo, pero si tenía potencial, aunque su vestimenta no era tan buena.



- No importa, ella es una chica más. Me contaron que Charlotte está libre así que voy a hacerle compañía.



Charlotte venía con el equipaje más grande y un gel antibacterial en la mano. También llevaba una mascarilla.



- Hola Charlotte.



Ella me miró como bicho raro, pero no me aparté de ella. Cuando íbamos caminando juntos hasta donde armariamos las tiendas de acampar, una chica se me acercó para pedirme prestada una cuerda. Era alta y de cabello negro, la había visto junto con el ciclista estrella del colegio.

- No tengo cuerdas extras.

Tenía cuerdas de sobra, pero no pensaba regalarle una, no se sabía que podía pasar después, tal vez algún animal salvaje rompiera las cuerdas o las necesitara en otro momento.

Luego la profesora pidió que se dividiera el grupo en dos, obviamente fui a donde estuviera Charlotte y pidió que alguien fuera el líder.



- Yo seré profesora.



- Yo también quiero serlo- Jack me miró de muy mala manera.



- Yo también- dijo mi hermana en el otro grupo.

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