Capítulo 19 - Caída libre

1.3K 95 25
                                    

(Albus en multimedia)

Adhara

Ignorando que mi cabeza duele como la mierda, y que estoy exageradamente deshidratada, no puedo dejar de pensar en lo que sucedió ayer con Potter. Frente a medio Hogwarts. Consciente de que pueden habernos vistos, y para estas alturas del día ya todos estén enterados.

Suelto un quejido, sin querer salir de la cama todavía, y me destapo haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad. La luz da directo en mis quejumbrosos ojos, así que los cierro con fuerza. Intento relajarlos de a poco, acostumbrándolos gradualmente a la potente luz. Entonces suspiro. ¿Qué está sucediendo conmigo? Lo que ocurrió anoche no fue para olvidar nada. Simplemente lo dejé pasar. Y no estaba lo suficientemente ebria como para echarle la culpa al alcohol, o a Potter. De hecho, no podría culparlo de algo tan placentero porque... Ah, vale, me callo. Merlín, Merlín, Merlín, ¿en qué demonios me estoy metiendo? Saldré tan mal parada de todo esto que luego no me quedará más alternativa que tirarme de la torre de astronomía.

Oh. Merlín. Deténganse ahí. ¿"Saldré tan mal parada de todo esto"? ¿Qué es esto? Vuelvo a soltar un quejido medio lloroso, pataleando un poco en la cama de manera infantil, sin saber qué hacer o qué pensar. Desearía que Rose...

― ¡Buenos días, bella durmiente! ―exclama una familiar voz desde la puerta, y luego la oigo cerrarse―. Supuse que ibas a necesitar un par de cosas cuando despertaras. Aunque no creí encontrarte consciente.

Rosie deja una bandeja con unas cuantas cosas vitales para mi horrible resaca, y me siento en la cama con una sonrisa, notando que ella luce de excelente humor hoy.

―Oh, Rose, ¿qué haría sin ti? ―suspiro, aceptando el frasco azul que me ofrece y bebiéndolo todo sin preguntar mientras ella toma asiento al borde de mi cama.

Apenas lo dejo ella lo agarra y me ofrece un vaso de agua fría con la otra mano, el cual también tomo hasta el final casi sin respirar.

―No podrías vivir― contesta entonces, con una sonrisa divertida, agarrando el vaso vacío y dejándolo junto al frasco―. ¿Qué tal anoche?

Dudo. ¿Es conveniente decirle a Rosie respecto a mi estupidez de la noche pasada? Probablemente se ponga hecha una furia y eso arruine su positivo estado de humor. ¿Debería ocultarle nuevamente información? Aunque, en realidad, no es algo que ella necesite o quiera saber. ¿No?

―Lo de siempre: beber, cometer estupideces de las que me reiré luego, y bailar mucho. ¿Qué tal tú? Te perdí de vista a eso de las doce.

A veces es mejor suprimir ciertas cosas. Ella sonríe ampliamente, y sé que está a punto de contarme algo que vale la pena escuchar. Sus ojos brillan.

―Oh, Adha, no puedo seguir ocultándotelo, y no le digas a Scorpius que te lo he dicho pero... ¡Estamos saliendo! ―exclama alegremente, como si realmente no sospechara que yo ya lo daba por sentado.

Esbozo una sonrisa, feliz de ver a Rose tan deslumbrante.

―Merlín, sabía que era cuestión de tiempo. ¿Qué sucedió anoche, entonces?

Ella se sonroja un poco.

―Ha sido hermoso. Me llevó a pasear en su escoba y nos sentamos en el techo de la torre de astronomía. Hablamos abrazados por horas. Y entonces... Él comenzó a besarme y... ¡Oh, Adha! ―chilló con entusiasmo, dando un pequeño saltito que me hizo reír, hasta que caí en la cuenta del posible desenlace, y mi semblante se tornó serio.

―Rose, ustedes no durmieron juntos anoche, ¿o sí? ―cuestiono, algo preocupada.

Sé que Scorpius no es virgen hace rato. Pero Rose, la pequeña Rose, apenas ha dado su primer beso. La idea de mi hermanito haciendo algo así tan precipitadamente comienza a picar en mi cerebro, y siento pánico.

Hijos de la guerra (James Sirius Potter)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin