Hijos de la guerra (James Sirius Potter)

Capítulo 23 - Fuera de control

(Lily en multimedia)

Hola! Por alguna razón estuve teniendo problemas con wattpad, para publicar el capítulo e incluso para entrar. Mil disculpas por la demora. Un beso :)

Escritora

Lily Potter sentía que su cabeza explotaría tarde o temprano. Y sucedería más temprano que tarde si las cosas seguían así.

―Alguien puede explicarme qué pasa entre Albus y Zabini― soltó la pelirroja mientras tomaba asiento en la mesa de Gryffindor entre Molly y Hugo.

Todos siguieron el camino de su mirada hasta la mesa de Slytherin, donde el Potter se hallaba sentado junto a Anastasia, hablando y riendo.

―Creo que son amigos― comentó Rose, quien había tenido que girar para ver la escena, poniéndose recta―. Hace rato que Albus pasa tiempo con ella, casi no le vemos el rostro.

Lily enarcó una ceja.

―Merlín, qué le sucede a mis hermanos― bisbiseó entre dientes.

Creyó que no sería oída pero Adhara, sentada frente a ella, de inmediato levantó los ojos, bien abiertos y expectantes, con grandes ojeras marcadas por debajo.

―Lily...― advirtió Rose, con el mismo tono que empleaba su madre para darle una perorata.

La menor de los Potter carraspeó, consciente de que no era momento para hablar del tema teniendo en cuenta de que James lo quería mantener en algo privado, y hasta ahora solo lo sabían un puñado de personas.

―Sólo digo― masculló la pelirroja, dando por finalizado el asunto, enfocándose en batir su té.

―Ya que hablamos de relaciones extrañas― dijo Hugo, haciendo una pausa para beber un poco de café―. ¿Alguien tiene idea de por qué Lysander terminó con la chica rata?

La cabeza de Lily se levantó de súbito, como un venado que presiente peligro, y casi como si estuviera todo ensayado Lysander cruzó las puertas del Gran Comedor.

―Creo que podrás preguntárselo tú mismo― anunció Molly, quien había seguido la dirección de la mirada de su prima.

Unos segundos después el rubio estaba tomando asiento entre Adhara y Gabriela Charles, con una sonrisa tranquila en el rostro.

―Hola, Weasleys y compañía― dijo el Scamander, sirviéndose un poco de café en su taza.

Todos le devolvieron el saludo de manera desincronizada.

―Oye, Lys, ¿qué sucedió con Alice? ―preguntó Hugo, dándole un mordisco a su décima tostada.

La sonrisa del aludido permaneció inmutable.

―Terminamos.

―Pero, ¿por qué? Parecían entenderse― acotó Molly.

―No la quería de la misma manera que ella a mí, y era mejor terminar eso antes de que la cosa se volviera más seria y pudiera herirla más. Ella entendió, por suerte. Es una gran chica― respondió el rubio, suspirando.

Adhara, a su lado, también suspiró, pensando en la noche anterior y los suspiros.

―Dicen que los suspiros son palabras no dichas― soltó Malfoy, casi sin querer, ganándose miradas sorprendidas de todos.

Carraspeó y se llevó su taza a los labios para evitar la situación.

―Entonces, ¿eso significa que este viernes podrás ir a Hogsmeade conmigo, Vaneska, y Susan? Le prometí a Susan que tú irías para que accediera a venir, y Vaneska no irá si su amiga no va también― dijo Hugo, con tono de negocios.