Acerca de las posibilidades

1.1K 114 35
                                    

Generalmente, el color rojo no estaba entre sus preferencias, le parecía un color férreo y chillón, demasiado sugestivo o fiero, organizado con probabilidades de acaparar una atención no solicitada ni benigna, por ello, pese a ser el color favorito de Tony, trataba de evitarlo a toda costa.

No obstante, las reacciones naturales de merito corpóreo, eran, bueno, unas jodidas cosas inevitables y derivado de ello, tenía que soportar un degradado color bermejo patente sobre la extensión de su rostro, cada que decía o hacía algo bochornoso, cosa que, siendo Peter Parker, era más a menudo de lo que su integridad soportaba en ocasiones.

Como tradición, era más frecuente que cotidiano mientras rumiaba los perímetros de Tony, no le alcanzarían los dedos de pies y manos para nombrar la ingente cantidad de ocasiones que había manchado su ropa con salsa barbiquiu o enredado con sus propios pies y tropezado, como por arte de magia se volvía más aparatoso, más propenso a la verborrea y su cerebro tenía problemas para sostener la señal con el resto de su cuerpo, sus piernas parecían de merengue y algo amorfo, como una bola de estambre se atoraba en su garganta.

Si bueno, estar cerca del hombre que deshilachaba sus pensamientos nocturnos tenía sus consecuencias y desventajas, aunque, siendo francos, nada, nada, se le comparaba a la aberrante sensación fanática de absorbente miedo, haciendo acopio de todas sus fortalezas hechas puño a mitad del estomago, sintió un viento gélido y amargo calarle en el medio de los pulmones y sus huesos vibrar al compás de su pulso de maraquero.

Tony lo miró, y lo miró largo y tendido, por un rato que Peter redefinió como eterno luego de 3.2 sobrecogedores segundos, agónicos y atirantados.

Tenía la saliva ahuecando su garganta como un nudo asfixiante, y para pronto, todo lo percibido era mas intenso y potente de lo que una vez recordó.

El señor Stark frunció ligeramente las cejas, a penas una minúscula cantidad que bajo el ojo humano promedio, parecía ser inexistente, pero Peter lo vio, e identificó confusión, algo ligado con el temor y la duda, al menos no es aversión, pensó para su sorpresa.

— Uhh... yo.. — se notaba que Tony trataba de encontrar algo de peso para remediar la situación, pero justamente por ello, por la situación, toda palabra era fútil ante ese muro de huraña incomodidad — lo... lo siento

— No debería estar tocando eso — no supo cómo, ni la técnica, pero logró no tartajear entre silaba y silaba.

Peter se cruzó de brazos, pretendiendo estar ofendido con la clara infracción a su vida intima, pese a que, por debajo de su entrecejo fruncido y su mirada vacía, había una vergüenza palpitante. Había dos desviaciones para esa escena, en una, un Peter abochornado intentaba esconder sus objetos, temblando mientras quedaba como un tonto frente a Tony, y en otro, se alzaba frente al señor Stark con alas indignadas por husmear como una abuelita chismosa y así, dejarlo a él como un tonto.

Para su buena suerte, se fue por la carretera correcta.

— Tienes..tienes razón chico, lo lamento — con atención y cautela, Tony devolvió los objetos de nuevo a donde los había encontrado, frotando sus manos una contra otra como queriendo sacudirse el error, aunque ninguno de los dos pudo.

Mientras hablaban de los siguientes proyectos escolares que Peter debía presentar, su buena tía, lo llamo para que le ayudase con la molesta labor de colocar lo platos en la mesa para la cena, Peter salió del cuarto pidiendo permiso y Tony, que no sabía nada de preparar las mesas porque nunca ponía demasiada prolijidad en lo que ingería, sospechó que tardaría unos 20 minutos, tiempo suficiente para satisfacer su curiosidad y revisar un poco que escondía su fiel aprendiz en los cajones. Era antitético, si, pero vamos, el niño no tendría por que saberlo y él no se caracterizaba precisamente por tener la brújula moral apuntando al lugar correcto.

Sin embargo, en menos de lo que canta un gallo, Peter estaba de vuelta, y Tony tenia su plug vibrador en la mano derecha y el lubricante (presumiblemente anal) en la izquierda, con el cajón abierto donde escondía aparatos como dildos, el fleshlight que Tony le había obsequiado y algunos geles con efecto.

Tony cerró el cajón, luego raspando un poco la garganta antes de hablar.

De acuerdo, no era para tanto, pensó Peter, toda la gente se masturbaba, hasta el presente de Tony suponía eso, e incluso el mismo señor Stark seguramente de vez en vez usaba sus propias manos para buscar placer, no obstante, si bien somos todos conscientes de esa inexorable verdad, la proeza de que el señor Stark tiente ese hecho de manera poco menos que tangible, le agregaba un peso de 200%.

— Lo siento Peter, de verdad que yo..

— No tiene que decir nada... ya no...no es de mucho ¿sabe? y si, lo perdono, pero creo que no esta bien revisar pertenencias ajenas.

Peter pasó de liso a su derecha, cerrando las puertas de su armario, deteniéndose un minuto para mirar a Tony con oprobio respectivamente a su dirección.

— ¿Qué puedo hacer? — dijo Tony finalmente, como cansado de lo que el chico implantaba y deforestaba su buen  carisma — de verdad chico, lo que sea

Dentro de Peter, un retoño de avidez brotó ante la suave pero poderosa proposición de "Lo que sea" inhaló después, empujando ese sentimiento a quedarse en el fondo.

En su mente, como una película porno baratas de las que veía en ocasiones, pese a su inexcusable reticencia a ello, el señor Stark sonreía con una picarda que correspondía al Don Juan moderno que era, Peter arqueaba la ceja, se desabrochaba el pantalón, preguntaba por ultima vez "¿Lo que sea?" mientras Tony con voz ronca, poniéndose de rodillas y listo para ayudarle con los pantalones, respondía "Lo que sea".

Pero no, todo quedó protegido en el baúl de las escenas eliminadas para esta bonita narrativa, de hecho, Peter sabía pues, que si algo así pasara en la vida real, sería de todo menos un incentivo al libido.

— Nada realmente — murmuro, todavía enmarcando decepción en sus corneas, iris y pupilas sin discriminación — solo... vamos a cenar con May ¿si?

Desde luego, si ganara el premio Nobel a situaciones vergonzosas, agradecería de corazón a Tony Stark y su malsana obsesión por meterse donde no lo llamaban, sin embargo, aún con eso, creía que peores cosas pudieron haber sucedido, por lo que en secreto agradecía a Dios.

¿Y que si en vez de sus dispositivos fueran un par de zapatos todo menos hecho para publico masculino? ¿Que si lo que hubiera encontrado Tony fuera algo menos convencional, que iba en contra de toda norma? ¿Como ofenderse por ese secreto brusco, controversial y perverso?

Claro que Tony no iba a ser un descerebrado animal en celo como para obligarlo a ponerse los tacones bajo su cama y joderselo hasta dejarlo sin habla. Lo mas probable, y en contra de todo lo que su afanosa lujuria quería, era que iba a obligarlo, si, pero a ir a terapia.

Estaban bien así, la cena seria incomoda, desde luego, pero podría llevar las cosas a flote.

O eso pensó, hasta que llegó la semana siguiente.

Peter's Secret [Starker +18] Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum