Capítulo 01

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Fue dulce, o al menos él siente que lo fue, desvistió al muchacho con cuidado, acariciando su piel como si fuera de porcelana, empezó sacándole la camiseta, le pidió que levantara los brazos y la deslizó hacia arriba, tomándose el tiempo de doblarla para que la persona frente a él acostumbrara su cuerpo tibio al frío de la habitación, simple preferencia personal, a John no le agradan los cuerpos sudados durante el sexo, prefiere que la piel se mantenga suave y lisa, por ello siempre enciende el aire acondicionado, poco le importa si es verano o invierno.

Continúo con el pantalón, se agachó, de forma amable desabrochó el botón y dejó caer la prenda hasta el suelo antes de bajar los bóxers para deleitarse con la sensible desnudez del chico, no quiso incomodarlo, así que no miró durante mucho tiempo, se sacó su propia camisa de botones y luego se sentó en el borde de su cama.

—Quiero que empieces masturbándome —dijo John, sus ojos nublados e impacientes —cuando te diga que pares te sentarás sobre mi regazo y seguirás masturbándome mientras te beso, ¿entendido?

El muchacho asintió, pero las curvas en los extremos de sus labios hicieron que Johnny frunciera el ceño, no se lo veía feliz en lo absoluto. Bueno, obviamente no esperaba verlo saltar de alegría, sin embargo tampoco creyó que tendría cara de que lo están apuntando con una jodida arma en la cabeza y que le dispararán si no lo complace, John sólo aspiraba a que tuviera un humor neutral.

—Escuché que eres nuevo —suspiró molesto, no creía lo que iba a decir —¿sabes qué? No te meteré presión, puedes empezar como gustes.



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Mark corrió por los pasillos del hospital, la maestra de JiSung le había dicho por teléfono que no era nada grave, que sólo se había lastimado jugando basquet con sus amigos a la hora de recreo. Al parecer ni siquiera le dolía el golpe, fue un pinchazo fuerte al inicio, pero de camino a emergencias ya casi ni lo sentía.

Estaba colgándose de la canasta de basquet, tonteando como siempre, el poste cedió y se le cayó encima, lo grave había sido que el aro impactó contra su abdomen. El médico les había dicho, que a juzgar por la zona de molestia, probablemente se había fracturado una costilla, debían hacerle una radiografía, por otra parte, era bueno ver que el menor no presentaba signos de dolor agudo.

—Dios, estás lleno de moretones —respiró por fin Mark cuando vio a su hermano jugando con su teléfono en la sala de espera, a su lado la maestra leía una revista —¿Te encuentras bien? ¡Por qué haces cosas peligrosas!

—Hey, me vas a hacer perder —se quejó el menor cuando Mark empezó a abrazarlo.

—Señor Lee, él está bien, no se preocupe —sonrió la profesora —como puede ver ya no le duele.

—Representante del paciente JiSung —la interrumpió una enfermera —puede pasar.

—Llegó su hermano —se apresuró a responder ella —yo sólo soy su maestra.

Mark se levantó y sujetó la mano de JiSung para que lo siguiera, pero la enfermera le dijo que debía pasar solo, algo en sus palabras lo inquietó, hay mucha diferencia entre: "Puede pasar sólo usted a retirar los resultados", y "Debe pasar sólo usted a retirar los resultados".

Soltó la mano de su hermano y entró con pasos ligeros, haciendo una reverencia antes de sentarse frente al escritorio del doctor, el señor lo saludó y luego se levantó para colocar la radiografía en un extraño cuadrado que emitía luz.

—Efectivamente se fracturó una costilla —dijo señalando una línea negra —se lo diré en palabras simples, esta costilla es la más inofensiva de todas, las que están cerca de los pulmones o las que pueden desgarrar algún órgano, son un verdadero peligro, pero JiSung no tocó ninguna de esas, con un poco de medicamento y reposo bastará.

Una segunda bocanada de aire entró a su paralizado sistema respiratorio, poco a poco se sentía más tranquilo, por alguna razón cuando lo llamaron una mala corazonada cortó su respiración y no entró aire a sus pulmones hasta que vio que su hermano pequeño estaba bien.

—Gracias al cielo —Mark cogió la receta frente a él —¿cuándo debo traer a JiSung otra vez? ¿A mitad de la receta o cuando la acabe?

—Hay algo más, siéntese por favor —serio el médico volvió hasta el cuadrado brillante —lo que más llamó mi atención no fueron las costillas de su hermano —añadió señalando a la radiografía —¿ve esta mancha negra irregular? —Mark asintió —Debo hacer un par de pruebas más, pero por el momento me temo que es un tumor.

Aquella tarde Mark lloró hasta que el dolor de su cuerpo agotado, llegó a ser proporcional al que sentía en el corazón.



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Fue dulce, o al menos él sintió que lo fue, entonces ¿por qué el chico arrodillado frente a él llora con tanta profundidad y sentimiento? Como si algo dentro de su cuerpo se estuviera desgarrando, John coge la camisa blanca que se acaba de sacar y cubre al muchacho antes de levantarlo del suelo, él incluso está temblando, cosa que lo hace sentir peor.

La prenda llega hasta la mitad de sus muslos, lo cubre bien y ciertamente se ve sexy con su ropa, pero los sollozos que trata inútilmente de retener le quitan las ganas de empujarlo a la cama y follárselo. Siendo igual de amable, aunque conservando su mirada fría, empieza a abrochar los botones para que se sienta más cómodo, el menor parece aliviado, pero aún así continúa llorar.

—Está bien, no voy a tocarte, puedes tranquilizarte —suspira Johnny ofreciéndole un vaso con agua —no llores que ya pasó, ¿cómo te llamas?

—Mark —contesta tímido sorbiendo su nariz.

—Bueno Mark, ¿quieres contarme cómo terminaste trabajando para Jeno? Está claro que esto de la prostitución no es para ti.

—Necesito dinero.

Lo imaginó.

Aún así se vio tentado a preguntar, tal vez tenía una respuesta más interesante, después de todo el dinero que pagó para pasar una noche con el chico, si no conseguía sexo, al menos le sacaría un buen cuento.

—Siento mucho el drama, por favor déjeme ir al baño un minuto y regreso para que continuemos con lo que vine a hacer.

Johnny niega con la cabeza y se levanta para ir hasta la cocina, necesita un trago fuerte, Mark lo sigue desesperado, no puede fallar con su primer cliente, Jeno es la única oportunidad que tiene para costear los exámenes de JiSung.

Es increíble, lo corrompido que está el mundo, hay un adolescente con un posible peligro mortal, pero sin un seguro de salud, o en su defecto, sin dinero, ningún médico lo ayudará.

—Por favor deme otra oportunidad —susurra Mark —usted es mi cliente de prueba, si fallo y Jeno me echa, no sé qué haré, necesito el dinero.

—¿Quién te dijo que fallaste? A excepción de que nunca hayas llegado a la casa, Jeno no hace devoluciones y estoy seguro que uno de sus hombres ya te vio entrar, así que no puedo pedirle reembolso y tampoco voy a perder mi dinero, me saliste caro.

—¿Entonces?

—Sólo estaba esperando a que te tranquilizaras —sonríe John desabrochando la camisa blanca que él mismo le puso —me alegro que no te haya tomado mucho, regresemos a la cama.

DOLCE | JohnMarkWhere stories live. Discover now