Capítulo 9

142 17 0
                                    


El primer partido de la temporada había llegado con muy mal tiempo. ¿Será posible? Terminamos el campeonato con una terrible tormenta y lo empezamos con una próxima a llegar. Espero que para cuando empiece a llover con fuerza tengamos el partido más que a nuestro favor.

Me despedí de todos y salí a la calle con media manzana en la boca. Había desayunado hacía algunas horas (me había levantado demasiado temprano) pero necesitaba coger fuerzas de última hora.

-Buenos días.

Me sorprendió ver a Ban en mi entrada. Buenos días...susurré apenas sin voz. Desde mi terrible y aliviada confesión no habíamos vuelto a hablar. Ni siquiera nos habíamos encontrado en los pasillos o de vuelta al instituto. Era obvio que me evitaba o tal vez lo hacía yo inconscientemente.

-Huele a lluvia.

Asentí y le miré de reojo al mismo tiempo que inspiraba llenando sus pulmones. Me encantaba cuando hacía eso. Siempre decía que cada estación tiene su propio olor y que entre medias hay un olor único. Yo he intentando muchísimas veces captar esos olores pero nunca lo he conseguido.

Y de nuevo nos quedamos en silencio.

Venga Elaine, di algo ingenioso. No puedes dejar que la mañana empiece así de triste, tienes que ir motivada para animar a las chicas porque si llegas con la cara arrastrando por el suelo ¡Nos deprimiremos todas!

-Hey chicos, buenos días.

Mi salvador había llegado justo a tiempo.

-¿Nos vamos? Se está haciendo algo tarde. 

Miré el reloj ¡Joder! Tenía menos de veinte minutos para llegar a la reunión previa al partido. El corazón me iba a mil.

Helbram se ofreció a llevarme la bolsa con todo el equipo pero lo rechacé. Era algo así como un ritual. Tenía que entrar al vestuario con la bolsa colgada al hombro y con el pie izquierdo (sí, con el izquierdo. Voy al contrario de las supersticiones)

Empezamos a caminar pero Ban no se movió ni un centímetro. ¿Todo bien? Le pregunté pero solo con observar cómo su traslúcida mirada se clavaba en mí lo entendí todo. No iba a venir. No vendría al partido a animarnos. Jericho jugaba ese mismo día por la tarde e iría a verla. Le daba tiempo de sobra de vernos a las dos pero no lo hacía porque ya había tomado una decisión.

Ban ya había hecho su elección y era Jericho.

No hicieron falta palabras. No las necesitaba. Ninguno de los dos.

-Deséale suerte de mi parte.

Empujé a Helbram, que no se enteraba de nada, y aceleré el paso, pero antes de girar la esquina miré por encima del hombro y os juro que creí ver a Ban dar un paso hacia nosotros para rápidamente darse la vuelta e ir en dirección contraria despeinándose con furia.

Pero solo creí verlo, tal vez mi imaginación dolorida y que la lluvia estaba haciendo acto de presencia jugaron con mi debilitado corazón.



****

Había llegado el momento. Desde los vestuarios oíamos el estadio rugir de emoción. ¡Era la primera vez que venía tanta gente a vernos! Las animadoras lo estaban dando todo y la banda del instituto las acompañaba.

Un breve discurso por parte del director y....

¡PLAY BALL!

La lluvia estaba respetando, algunas gotas caían de vez en cuando pero el frío estaba siendo insoportable, para los espectadores claro, para nosotras estábamos encantadas. Preferíamos jugar con frío que con calor, era más llevadero. Pero las primeras veces que jugué con temperaturas bajo cero la garganta me dolía horrores. Una vez te acostumbras prefieres una estación a otra para jugar.

La Novia de Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora