Capitulo II.

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«La primera señal de que
algo anda mal. Es sentirte un
extra en la historia de tu vida».

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Los tiempos cambiaban, porque las personas lo hacían

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Los tiempos cambiaban, porque las personas lo hacían. Sin embargo, Sasuke sabía, que aquel cambio era algo mental, un crecimiento que surgía a través del espíritu. Siendo así, había una sensación que tenía en la garganta algo atorada. Era como si, de pronto algo no estuviera siendo como debía ser. Ese cambio, estaba siendo muy literal para su propio gusto.

Una de las facilidades de su Rinnegan era no tener que estar rodeado de más gente en el tren.

Al instante en que sus pies chocaron con la tierra húmeda de Amegakure el silencio fue algo que no le perturbo, más si lo hizo el extraño estruendo que impacto contra uno de los edificios. Dio un paso hacia atrás, había un punto clave en esas alteraciones climáticas. Empezando porque era algo inusual, sin embargo, en alguna parte de su mente, tuvo una sensación que nada tenía que ver con Akatsuki, el vago recuerdo de haber visto este mismo cielo, enojado quizás, lanzando relámpagos. Movió la cabeza un poco, el cansancio podía llegar a poner recuerdos inventados o asociados en la mente de las personas.

Caminando, haciendo un chapoteo por la cantidad sorprendente de agua que estaba por calles, se dirigió al edificio donde estaba el hombre que lo llamó. Sasuke se había hecho experto en conocer las variaciones de cada territorio y alteraciones, sus largos viajes entre dimensiones habían enriquecidos mucho más su conocimiento en temas que los ninjas antes no podrían haber pensando importantes.

Camino pasando por las grandes puertas, saludando con un meneo de cabeza, no más, hacía quienes estaban en la recepción. Vestían de forma más abrigada que la usual, porque luego de que el agua baja su intensidad, vendría una ola de frío, que no era su común costumbre.

—Sasuke Uchiha. —saludó el líder.

—Un gusto Arata Ishikawa. —respondió. Aquel hombre tenía al menos unos cinco años más que él. Había nacido ahí, había visto lo que era perecer y quería enseñarle a la gente, que con miedo, apartados del mundo era imposible avanzar.

No eran shinobis, pero en su maravilloso entorno estaba la clave de que ellos, habían nacido para entender otra clase de mundo. Una aldea que ya se había transformando en un paso hacia el futuro, con sus grandes edificios, antes de que Konoha pensara en implementar más de cinco pisos.
Arata le miró seriamente, no es que pudieran hablar mucho, pero pese a no querer apartarse del mundo, lo suyo era trabajar en unión con otros pueblos pequeños, devastados por el paso de la guerra.
Buscando en su mueble, el hombre saco unas hojas, para posarlas sobre la mesa.

Allí Sasuke observó con tranquilidad la variación que estaban teniendo. Un claro llamado de que la naturaleza jamás podría ser controlada por la mano de los humanos.

—Aquí dice que esto ocurrió antes. —señaló Sasuke, un papel algo amarillento y con la tinta pálida, muestra del años antiguos en que fue escrito.

Arata miró también, soprendiendosé de no haber visto ese papel antes. Debió ser porque se encontraba alterado haciendo informes al respecto y buscando una forma de que el cultivo no se perdiera en las casas lejanas del centro.

—Debe ser. Sin embargo, es un fenómeno que ocurrió hace siglos. —comentó con extrañeza. — Era casi un rumor, los ancianos de ese tiempo decían que había sido un atentado de algo más. Pero era como una leyenda. No una realidad tan extensa.

—¿Leyenda? —preguntó, al mismo tiempo que con su mano y con el asentimiento de la mirada pérdida de Arata, tomaba aquellos informes antiguos y recientes.

—Amegakure no fue hecha para tormentas catastróficas, ni dioses enfados. Eso sí suena como una leyenda.

Sasuke asintió. Sin decir nada más salió de la oficina, guardo los papeles necesarios entre su chaqueta y camisa. Al salir, nuevamente recibió los últimos saludos de la gente que estaba ahí. Algo se sintió bien en su pecho, aquel inusual respeto. Se sentía bien ser respetado por algo que había hecho por si mismo.
Nuevamente la lluvia intensa, que ahora caía mucho más furiosa de lo que recordaba hacía instantes, caía de costado, junto a un viento que movía los carteles de los locales que tenían cerrado. También su capa se movía de lado, junto a los mechones de cabello que ahora goteabán agua.

Perdido en un montón de pensamientos contradictorios, respecto a lo que Arata Ishikawa le había dicho, sus pasos se fueron alejando del centro de Amegakure, avanzando en la lejanía hacía los senderos más rurales de lugar, donde los árboles se extendían hacía el cielo y el pasto crecía hasta pasar las rodillas.

—Mierda. De verdad me siento cansado. —murmuró.

Mirando con desorientación el camino incierto que había seguido, suspiró con cansancio cuando una puntazada en su cabeza le hizo soltar un quejido. Un fuerte trueno alumbró los cielos nublados del lugar, haciéndolo fruncir el ceño. La situación parecía cada vez más incrementar, Sasuke pese a siempre haber logrado tener un plan, abrió los ojos de golpe de pronto. Siendo mucho más consciente del lugar en el que estaba. Miró hacia atrás, alzando su postura, hacia un instante había mantenido una postura encorvada, llena de cansancio.

Le parecía extraño, haber caminado tanto sin siquiera entender porqué lo hacía exactamente. Durante varios años de su vida, tuvo situación similares, sin embargo, la más extraña y la que más tenía. Era esa sensación curiosa, en la que los recuerdos de su niñez, de aquella adolescencia perturbada  por la venganza, parecían chocar con algo más. Y esos recuerdos vagos de su vida, llena de miseria, se le hacían un vago acompañamiento de los recuerdos —que seguramente no podían ser—, pero que solía tener.

—Ya había estado aquí. ¿Pero por qué? —se preguntó así mismo.

La figura de la lejanía podría verse como la figura de algún ente que estaba saliendo del bosque o volviendo a él. Desde lejos, solo se podía ver un hombre parado entre el pequeño claro, mirando hacia la profundidad de la naturaleza, justo debajo de un cielo furioso que se retorcía entre truenos. Su capa larga y su cabello mojado, solo enfatizában su pálida piel, que más que una piel que mostraba vida, daba la sensación de mostrar muerte.

—¿Qué hace aquí, muchacho? ¿Está perdido? Enfermará.

La voz hizo que Sasuke volteara hacía la dirección de dónde venía.

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N/A: Hola, ¿Qué tal? Acabo de armar una propia teoría sobre está historia pero les diré luego qué onda. Más adelante. Arata Ishikawa es un personaje mío. Así que si se preguntan qué onda o datos sobre él, esa es la respuesta uwu.

Gracias por leer 💕.

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⏰ Dernière mise à jour : Oct 27, 2020 ⏰

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