Capítulo 19. El último día

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Akutagawa curaba la nariz de Atsushi cuando Sousuke entro a la habitación, les miraron sorprendidos, Toru fue con su hermano – Atsu

―     Estoy bien Toru – le sonrió – solo... era momento de decir la verdad

―     Atsu, sabes... - trago saliva y le miro – muchas veces he tenido miedo, mucho miedo y tú siempre estaba allí pe-pero cuando nuestros padres murieron tú te volviste un cobarde – dijo firme y puso su frente en el hombro de Atsushi – así que... gracias por volver a ser el de antes hoy... Eres el hermano más fuerte de todos... Y te amo por eso

Atsushi aguanto las ganas de llorar pero no pudo y ambos se abrazaron. Sousuke le acerco una taza a Ryunosuke - ¿Por qué le sangra la nariz?

―     Lo golpee

―     ¿eso por qué?

―     Digamos que... Supe la verdad de su enamoramiento – menciono y suspiro – ahora podemos ser una pareja de verdad

―     ¿de qué hablas?

―     ¿te confesaste a Toru?

―     No, pero creo que logre algo más lindo 

Toru miro a Atsushi y le sonrió amplio – por cierto le dije a Sousuke que nos masturbamos juntos – Atsushi se puso completamente rojo de cabeza a cuello, salto directo sobre Toru mientras los Akutagawa se miraron

―     Si, él dijo eso

―     No le veo lo malo

―     Ni yo, no es como si se tocaran entre si

―     Bueno, ellos son peleoneros  - La puerta se abrió de golpe dejando ver al pelirrojo

―     ¡¿PERO QUE PASA?! ¿POR QUE TANTO RUIDO?

―     ¡TE DIJE QUE NO LO DIJERAS! – gritaba Atsushi

―     PERO FUE BUEN MOMENTO – gritaba Toru

―     ¡SEPAREN A ESE PAR! – grito Oda

Más tarde con los Nakajima tranquilos, los dejaron en la misma cama, los Akutagawa compartían una cama también – entonces... ¿Qué paso? – pregunto Sousuke

―     Le gustabas primero

―     ¿Qué? ¿por qué yo?

―     Parece que él pensaba que eras lindo con él

―     ¿en serio? Yo intentaba agradarle para acercarme a Toru

―     Lo sé, y lo lindo que yo hacia él pensaba que eras tu

―     Oh, eso cobra sentido

―     ¿si verdad?

―     Son lindos

―     Lo son ¿verdad? – le sonrió – ganamos la lotería con ese par

―     Aún tengo en duda si ellos se masturban entre si

Ambos se miraron entre si – Creo que... Será mejor que no lo pensemos

―     Sí, estoy de acuerdo

Decidieron quedarse dormidos, por la mañana los Akutagawa despertaron con cuatro ojos de color lila y dorado viéndolos fijamente, ambos de ojos grises saltaron de miedo. Los Nakajima sonrieron – buenos días – dijeron sonrientes.

―     Buenos días – respondieron los Akutagawa

―     Sakunosuke-san nos dejó hacerles el desayuno – sonrió Toru

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