30• Estrellas

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– ¿Recuérdame por qué hacemos esto?–

– Matsu quiere confesarse a Makki, ¿Hay algo de malo en esto?–

– ¿Que ellos no salían?–

– Más que salir solo tenían encuentros –

– De igual manera, ¿Qué hago yo con este cartel?–

– ¿Tú te ibas a disfrazar de corazón?– Iwaizumi arrugó su nariz y negó.

– Aún así... –

– Iwa-chan, no te quejes, es tu turno ayudarlo, ¿Acaso no recuerdas cuando él te ayudo a pedirme salir contigo?–

– Eso fue hace un mes...–

– No me importa, ¿Lo recuerdas?–

– ¿Cómo voy a olvidarlo?, Lloriqueaste y llenaste mi camisa de mocos –

– ¡Oye!–

– Pese a ello ese día te veías realmente hermoso, con tu cabello revuelto y tus ojos llorosos de la alegría –

– Claro que me veía hermoso, yo soy hermoso – afirmó con un rojo en sus mejillas evidente – Ame las flores de ese día... Incluso como adornaron el gimnasio – con una sonrisa en sus labios recordó aquel momento – Todo estaba oscuro, y lo único que brillaba eran aquellas estrellas, relucían tanto –

– Tanto como tú – Tōru solo una ligera risa y cerró sus ojos por un momento dejándose llevar por el recuerdo.

– ¿A dónde me llevas Makki?–

– Ya lo sabrás, ya lo sabrás –

– No me gusta tener los ojos vendados, ¿Es necesario?, Puedo tropezar y perder al bodoque –

– No te preocupes te estoy guiando bien y no dejaré que caigas – esas fueron las últimas palabras, y Oikawa se dejó guiar por su amigo por los pasillos de la preparatoria.

A lo lejos alcanzo a escuchar unos murmullos pero no le hizo tanto caso a ello.

– Oikawa – aquella voz la reconocía perfectamente, era la de Matsukawa.

– ¿Y Makki?–

–  Ahora es mi turno, has llegado a tu destino y yo voy a descubrir tus ojos – Tōru asintió dudoso.

Y cuando sus ojos fueron descubiertos parpadeo varias veces para aclarar su vista pues habían varias pequeñas luces que le impedían ver del todo bien.

Y achino sus ojos mirando la manta que hacia en el fondo, tenía algo pegado.

No lograba leerlo por los foquillos que iluminaban el gimnasio.

Al darse cuenta de cada detalle en el gimnasio pudo notar que aquellos focos tenían forma de estrellas, se veían hermosas.

Sus ojos estaban maravillados y no sabía que decir, simplemente caminaba por el lugar fijándose en cada cosa, hasta volver su atención a la manta.

Maldijo el no llevar con el sus lentes.

En un suspiro se acercó hasta donde estaba la manta con la figura y sus ojos se abrieron enormemente al lograr leer que formaba aquella constelación de estrellas.

Habian tres palabras siendo formadas por las estrellas doradas pegadas en la manta.

"¿Quieres salir conmigo?"

Se quedó perplejo, estático, sin poder decir nada ni moverse.

– Oikawa – la voz, esa voz y aroma – ¿Te gustaría salir conmigo?– aquella voz venía detrás de él y al girarse para verlo a la cara lo encontró con un ramo de rosas blancas en sus manos.

Era magnífico.

Un sueño.

Sin darse cuenta sus ojos ya habían empezado a derramar lágrimas, y siguió quieto en su lugar dejando que sus ojos se nublaran por la lluvia que se formaba.

Sorbió de su nariz, y dio un paso hacia delante aproximandose al alfa.

Era como un sueño, el mejor de todos.

Su Pecho ardía, se sentía tan cálido, tan querido, le exigía salir de allí y correr a abrazar a aquel alfa que tenía frente a él.

– Acepto –  alcanzo a decir con su labio tembloroso y sin parar su llanto.

El moreno se acercó a él y lo abrazo con cariño dando caricias en su cabello.

– Me haces el más feliz Oikawa –

Aquella voz era tan preciosa, se había acostumbrado tanto a ella.

– Oikawa – No atendió al llamado y seguio quieto en su lugar – Oikawa, Oikawa, ¡Hey!, Matsukawa se aproxima – en ese momento el castaño volvió en sí y parpadeo volviendo su mirada a Iwaizumi.

Tenía unas cuantas lágrimas amenazando por salir, cosa que asustó de inmediato al alfa.

Limpio con sus pulgares aquel pequeño rastro de lágrimas y le dio un beso corto en los labios.

– ¿Qué sucede?– Tōru negó de inmediato.

– Solo recordé algo que me hizo feliz –

– Oh... ¿Tan feliz que te hace llorar?– el castaño asintió con una sonrisa.

– Es uno de los mejores momentos de mi vida –

Ambos se miraron por un momento hasta que escucharon la vos de Matsukawa.

– ¿Entonces aceptas salir conmigo?– pregunto Issei al beta que estaba asombrado, alegre, asustado y que terminó por reprimir una risa – ¿Qué sucede?– cuando volteó a ver a Iwaizumi y a Oikawa entendió la causa de la risa de Hanamakki.

Oikawa bailaba con su traje de corazón mientras hacía el intento de cantar una canción en inglés de la diosa Taylor Swift.

Iwaizumi solo alzaba el cartel moviéndolo al ritmo de la voz chillona de Oikawa.

Siquiera se le entendía al Omega lo que cantaba pero según el par de chicos estaban creando un ambiente dulce y tierno.

Ambiente que no crearon pues era algo más cómico.

– Te juro que eso no estaba en mis planes – Matsukawa apunto a los dos chicos que se suponía que le ayudaría a salir con Hanamakki.

– Son unos tontos – afirmó el de hebras rosas y tomo el rostro del alfa en sus manos – Acepto –

– ¿Qué cosa?–

– Salir contigo, ¿Cómo no hacerlo si ellos hacen el ridículo por nosotros?– ambos rieron y se besaron.

En ese momento Oikawa paro de cantar jadeante – Luego les cobraré por gastar mi melodiosa voz – Iwaizumi soltó una carcajada con el cartel en mano.

– Parecía que degollaban a un cerdo –

– ¡Iwa-chan! –  ambos empezaron a reír y se tomaron de la mano observando la escena cariñosa que tenían sus amigos.

– ¿No crees que deberíamos irnos?, Creo que les arruinamos el momento – Tōru asintió y ambos se dieron la vuelta empezando a caminar fuera de allí para dejar así en paz a Makki y Matsukawa con su escena de cariño.

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Tiempos difíciles se acercan... Hsjsvdis ay nuestro bodoque ya tiene 3 meses ;;;;;; soy jeliz.
En fin nos vemos.

¡Mᴀʟᴅɪᴛᴏ Aʟғᴀ! Where stories live. Discover now