6- Cachorros (OffGun)

2.1K 178 10
                                    

Advertencias: cambiaformasAU!, mención mpreg. Cambio de edades: Gun 36 años, Off 39 años.




- ¿Cómo te gustaría llamarlos?

Off miró el vientre abultado de su omega, Gun. Su obstetra, especializada en cambiarfomas masculinos, les había anunciando que tendrían 4 cachorros, un número arriegado para la edad de su pareja y su complexión física.

- Me gusta Jack, si tenemos alguna niña podriamos llamarla como mi madre o como la tuya.

Gun sonrió, recorriendo un estría especialmente prominente por encima de su ombligo.

- Dararat es un lindo nombre, ellos tendrán mi apellido, así que creo justo que le pongamos como tu madre si tenemos alguna niña.

- ¿Tu abuela no se sentirá celosa?

- Mi abuela te ama, Papi, a ti y a toda tu familia. Además, cree que ésta será nuestra primera camada, pero que aún somos jóvenes...- Gun apretó el interior de sus mejillas, marcando sus hoyuelos-. Aún no le dicho que no queremos más cachorros.

- Lo entenderá en su momento. Los tiempos cambiaron, ya no hay necesidad de tener tantos niños...

- Aún así...

Off se recostó al lado de Gun y le abrazó por los hombros. El embarazo era riesgoso y la doctora le había recomendado un reposo casi absoluto desde que se habían los seis meses. Gun iba cursando la semana número treinta cinco, su vientre se alzaba orgulloso, pero muchas veces sentía presión en la espalda baja y en los últimos días despertaba llorando por dolores que sentía en todo el cuerpo. En algunas semanas más llevarían a cabo la extracción de los cachorros, Gun sólo debía resistir un poco más.

- Papi...

- Dime.

- Si llegase a pasarme algo...- comenzó en un tono bajito. Off lo atrajo más cerca de su pecho, besando su frente perlada en sudor.

- No sucederá nada- aseguró entrelazado su mano con la mano que Gun descasaba sobre su estómago. Sus alianzas parecieron brillar y Off se preguntó en que momento había ocurrido todo tan rápido.

- Si llegase a pasarme algo- repitió mirándolo a los ojos-, cuida bien de ellos y no me odies, por favor.

Off asintió en silencio, con un gran nudo en garganta, mirando a los ojos a ese gran elefante rosado que había estado escondido en la habitación. Su pareja, aquella que habia negado durante años por ser un varón, estaba poniendo en riesgo su vida para cumplirle el capricho de ser padre. Algunas veces, cuando ambos estaban sentados en silencio haciendo su trabajo, Off leyendo sus guiones y Gun arreglando detalles de sus diseños, el alfa se preguntaba si Gun realmente quería a los cachorros que estaba portando. Gun nunca le había mencionado la idea de ser padre, pero Off siempre soñaba con la idea de su propia camada de cachorros, y esa había sido la principal causa de que sus relaciones anteriores no funcionaran. Las mujeres deseaban der amadas, no ser simples incubadoras de un desconocido.

El movimiento brusco de los cachorros en el vientre de su pareja le trajeron a la realidad. Sobre la piel, tirante y con estrias rosadas, podía ver un leve montañita, quizás era un pie o un mano. Off sonrió y suspiró sin querer, tragando el nudo que no le dejaba hablar.

- Si llegara a pasar algo- comenzó en un tono confidente- me aseguraría de amarlos tanto cómo tu lo hubieras hecho. Me encargaría de que Pim y Win vieran crecer a sus sobrinos y que tus abuelos puedan disfrutarlos como lo hicieron con ustedes. Caminaré con ellos todo el tiempo que pueda, les enseñaré todo lo que tenga a mi alcance y, finalmente, cuando ellos estén grandes y no necesiten más de mí, iré a buscarte.

Gun secó las lágrimas que caía de los ojos de Off y se estiró lo suficiente como para dejar un beso en sus labios.

- Estaré esperando por ti- respondió dibujando aquella sonrisa que Off amaba tanto.

Off se miró en los ojos cansados de su pareja, su rostro demacrado por no dormir lo suficiente, grandes bolsas sobre sus mejillas hacían ver sus ojos más pequeños y hundidos. Su piel, antes rebosante de vida, ahora se veía grisácea, con varias arrugas alrededor de su boca y sus ojos que lo hacían ver un par de años mayor. El cuerpo de Gun parecia aún más frágil de lo que él recordaba, con sus clavícula marcadas y sus hombros huesudos, había bajado de peso en un parpadeo y Off pensó que podría guardarlo en la palma de su mano.

Aún así, Gun guardaba para él la misma sonrisa fresca, infantil y relajada que tenía la primera vez que le había confesado que lo amaba y por primera vez en casi diez años Off se atrevió a decir:

- Te amo.

Oneshots (Bl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora