Cuarto

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Y una desgracia se desata.

Nuestro hogar se ha inundado.

Y clamamos con nuestras lágrimas.

Porque un buen amigo no ha sido encontrado.

La tormenta. La desgracia.

Se lleva a otros cuantos que no recordamos.

Los demás nos ocultamos arriba.

Hasta la cabeza nos llega el agua en el piso.

Deseo que la esperanza mueva la nube negra.

Que regrese el calor a la arena.

Que se lleve el aguacero.

Y entre tranquilidad de nuevo.

Deseo que la esperanza tumbe el dolor.

Que se extingan los rayos que iluminan el claro.

Que aparezca el hermano perdido.

Y se recobre el sueño que esta llovizna se llevó.

Pero nada pasa y nadie llega.

Nadie más se va y todo el caos se queda.

Amigo, donde sea que pases la noche.

Esperamos que no te llueva.

Duerme bien, que para mañana no habrá tormenta.

PerenneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora