Capítulo II.

1.5K 243 35
                                    

Sasuke fue, para mí sorpresa, el primero en hablar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sasuke fue, para mí sorpresa, el primero en hablar. Quizás nunca pensó verme como me veía. Con un silencio casi torturador, con una mente alejada de todo. Con la idea de ya no buscarlo más, porque de pronto la atracción se apago. No ví en Sasuke más un supuesto candidato para una boda, porque incluso los comentarios de buscar un buen partido me enojaron.

Habló. Fue mientras yo llevaba en mí mano unas tres libretas nuevas y una máscara con espirales. Me detuvo en medio de una calle, mirando seriamente como solo él sabía.

—¿Qué crees que haces, Sakura? —su pregunta fue algo enojada. Tenía un tono molesto. Pensé que lo estaba conmigo. — Como después de todo lo que ha pasado sigues encerrandoté a ti misma. Ya pasó. Me da mucha rabia. Pero ya pasó. No puedes traerlo de vuelta. No puedes, ni tú, ni yo.

Pero también podía estar enojado consigo mismo. Tan solo lo miré, estuve mucho tiempo en silencio mirándolo. Porque lo hacía de una forma diferente. Solo. Soledad. Niños. Dolor. Sasuke había estado tan solo, había visto la masacre de los suyos y sufrido el dolor.
Fue esa la primera vez que lloré por alguien que estaba vivo.

¿Puedes traer a los muertos? No. No puedes, no volverán pero puedes evitar que los vivos se marchen al más allá.
En ese momento abrace con todas mis fuerzas a Sasuke, temiendo que algún día llegará la última vez de poder verlo.

Esa tarde tuve que empacar, porque nos habían asignado una misión que nos llevaría días. Guarde entre mis cosas una de las libretas que compre, junto a una pluma. Parecían insignificantes, pero tenían un valor inmenso para mí. Lo tienen y siempre lo tendrán.

La misión tenía tintes de ser sencilla y se baso en el silencio o el murmullo de las voz de Kakashi, mientras leía su libro. Pero no tardó mucho en darse a conocer la falsa. Aquella misión debió haber sido para ninjas más experimentados, sin embargo, nuestros servicios de guardaespaldas habían sido más baratos.
Esa fue nuestra primera misión en la que notamos como todo podría acabarse nuevamente en un segundo. Como un mal paso te dejaba con un pasadizo para el enemigo.

Fue cuando pude ver el miedo en mis compañeros y sentir mí corazón casi salir del pecho. Cuando perdimos a Kakashi de la vista, todo fue miedo. Y quizás no pude admitirlo, no quise hacerlo, pero una parte de mí había estado dispuesta a morir ese día.

Pero no lo hice. Esa tarde vencimos a Zabuza y su compañero Haku. Esa tarde, no pude evitar memorizar la frialdad en la cara de todos, aún cuando esos que habían sido los malos, tenían lágrimas en sus ojos. Sentí, que nadie podría entenderlos. Porque nadie de nosotros había sido rechazado totalmente.

Nadie se había sentido tan humillado en su propio hogar.

Esa tarde, con la tranquilidad de las olas golpeando el puerto de una casita algo vieja. Tomé la libreta y la abrí, mientras comenzaba a escribir: Naruto. En letras grandes y claras. La historia que pudo ser.
Sería una locura creer, que en ese momento inicie el antídoto para mí culpabilidad. Porque, algo en mí estaba segura, de que Naruto habría tomado otros rumbos a toda la situación.

Él hubiese entendido algo en Haku que ni yo pude entender, y posiblemente le hubiese dicho toda la verdad a Zabuza, esa que simplemente ignoré.

Escribí con paciencia durante esa tarde. Describiendo cada detalle de la pelea, relatando el buen dio que hacían Sasuke y Naruto —que pudieron hacer—, y me aparte en esa historia. Para darle todo el protagonismo a quien nunca pudo presentarse como héroe.

La historia que escribí por ti.Where stories live. Discover now