Carla

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La brisa del mar me acariciaba la cara, lo cual aliviaba un poco el hecho de estar ebria; me había apartado de la fiesta y estaba sentada en una roca, viendo a los demás bailando y riendo, Lucas parecía sentirse atraído por Kayla, una chica de familia australiana, de tez bronceada y cabello castaño, con una cara tan dulce, redonda y salpicada con pecas en las mejillas que le hacía aparentar algunos años menos de los que tenía, era guapísima, aunque no la chica más guapa de la fiesta, al parecer aquel pueblo era digno de un concurso de Miss Universo. Sonreí y sacudí mi cabeza al percibir que Kayla también se sentía atraída por él, pero, al parecer, ninguno de los dos era consciente de la situación del otro, ni era tan valiente para dar el paso; pensé decir algo, pero no tenía aún la confianza para ello y creí que el asunto no era de mi incumbencia, al menos de momento. Lucas dejó de estar embelesado con la belleza de Kayla por un momento y se fijó en mí, le di la vuelta a mi cerveza vacía y me entendió, viniendo al instante con una nueva lata llena y una sonrisa de oreja a oreja. 

-¿Te lo estás pasando bien o has decidido apartarte porque te sientes incómoda? -Preguntó con cierto tono de preocupación.

-Nada de lo que preocuparte, Lucas, solo necesitaba un poco de aire, creo que he bebido demasiado y mañana todo esto me pasará factura, quizás estoy mayor para esto. 

Ambos reímos a carcajadas, mientras se nos acercaba una chica que no recordaba que estuviese antes, tenía un tono de piel medio, pelo teñido de un tono caoba muy rojizo, cortado al estilo pixie, iba muy maquillada para una fiesta tan informal, pero tenía la sonrisa más bonita que había visto en mi vida, quedé completamente eclipsada y no pude dejar de mirar su recorrido mientras venía.

-Hey, Lucas, ¿quién es la nueva? Parece que me he perdido mucho esta noche, pero he salido muy tarde de la oficina. 

-Hola, María, pensaba ya que no venías, tú siempre tan ocupada, ella es Carla, la nueva inquilina de mi tía Jacinta, se acaba de mudar aquí. - María me dio dos besos y me susurró "encantada" al oído, lo que hizo que me diesen escalofríos. - ¿Quieres mi sudadera, Carla? - Preguntó Lucas.

-Estoy bien, no te preocupes, igualmente traje una, muchas gracias. - Le sonreí y le rodeé los hombros con mi brazo.-¡Vamos a bailar!

Arrastré a ambos con el resto de personas de la fiesta y empezamos a bailar como locos, a saltos, sin importar si la canción que sonaba era una lenta o la más movida, las risas y la cerveza no paraban de hacer contacto con mi cuerpo, así como la mirada de María, que tenía algo que no me acababa de gustar del todo; Lucas y Kayla se acercaban y se alejaban, como si llevaran mucho tiempo en una partida que parecía no tener fin, no sabía realmente qué pasaba entre ellos, si tenían alguna historia, aparte de lo evidente que era que se gustaban, y mucho. Llegado el amanecer, decidimos reciclar toda la basura que habíamos generado y marcharnos a casa, Lucas me acompañó y decidimos aprovechar la tarde siguiente cuando nos hubiésemos recuperado de la fiesta dando un paseo por la playa.

El silencio en mi casa era abrumador, aún no me había acostumbrado a estar sola y, aunque no hiciera falta ahora, todavía estaba alerta, con todos los sentidos más despiertos que nunca; cerré puertas y ventanas con el seguro una vez hube comprobado que no había nadie más en casa y me metí en la cama esperando no tener demasiada resaca después de unas horas de sueño reparador, pero no tuve suerte y solo fueron unas cuatro o cinco, ni la mitad de lo que debería haber dormido. Acabé resignándome y abrí Spotify, decidí escuchar a Funambulista y Bebe mientras me daba una larga ducha para despejar la cabeza; me preparé un desayuno, aunque era casi mediodía, pero realmente no me apetecía nada más, revisé mis redes sociales y encontré una solicitud de seguimiento en Instagram, era María. ¿Cómo me había encontrado? Aún no le había dado mis redes a Lucas siquiera, no había publicado ninguna foto con ubicación, no tenía el perfil público siquiera; decidí dejar la solicitud sin contestar, al menos de momento, seguía transmitiéndome algo que no me encajaba y al mismo tiempo no dejaba de pensar en su sonrisa, que podría definirse con solo una palabra: luz.

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⏰ Son güncelleme: Jul 06, 2020 ⏰

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