Capítulo 4

7.8K 936 494
                                    


Pasar su tiempo libre de visita en la federal se había convertido en parte de su rutina y quizás, Volkov tenía que agradecer que fuera un adicto al trabajo que se pasaba más horas en comisaria que en su propia casa. ¿Pasaría más tiempo visitando a Horacio si pudiera? No tenía una respuesta a ello. Pero sí que era evidente para cualquiera que había de pasarse una vez por mes a ver a Horacio a casi acudir semanalmente. Sin embargo, frente a él tenía un Horacio con una sonrisa reluciente, ¿Qué importaba que las acciones de Volkov fueran contrarias a sus palabras?

Horacio sujetaba el teléfono con el que se comunicaban con una mano, con la otra, mostraba un par de dedos. – Tengo una noticia mala y otra buena. ¿Cuál quieres saber primero?

Volkov achinó un poco los ojos, decidiendo. – Creo que la mala.

-Siento que me estoy distanciando de Gustabo y no me mola nada. Al principio era simplemente que yo decidí ir a trabajos porque no tengo un duro mientras él se quedaba en la celda... Ahora creo que nos estamos distanciando más que nunca. – Últimamente Horacio le estaba contando más sus cosas personales y en parte tenía su lógica, pues no tenía apenas visitas aparte de Volkov, no tenía la oportunidad de descargar sus frustraciones.

El comisario negó con la cabeza. – Pasar tiempo en condena es complicado y la de ustedes no es particularmente corta... Quizás Gustabo necesite su espacio. Siempre han sido amigos, ¿no? Si lo ve conveniente, mencióneselo, pero no creo que su amistad se rompa por esto. – Él no era un experto en cómo cuidar una amistad, pero sentía que debía dar palabras de apoyo al que ahora era su... ¿amigo? Tenía que admitir que Gustabo no le agradaba, pero era importante en la vida de Horacio, así que no era momento de hablar según su juicio personal.

-Tiene sentido... ¿Quizás lo estoy pensando mucho? – Horacio dijo aquello, pero su rostro transmitía que no estaba para nada convencido de ello. - ¡Ahora es momento de la buena noticia! He estado trabajando duro y he sido el Horacio en modo bueno, así que me van a reducir el tiempo de condena, solo me quedan unas pocas semanas aquí.

Después de todas aquellas horas comunicándose a través de un cristal que les separaba, Volkov se estaba viendo poco a poco más expresivo, aun cuando para estándares generales todavía era mucho más apático que la media. Sin embargo, Horacio había empezado a notar como Volkov parecía más receptivo a lo que él tuviera por decir y con esa noticia, sí que mostró una expresividad real: Ilusión. El ruso abrió sus ojos sorprendido y con una mezcla de sentimientos que él tampoco era capaz de descifrar del todo: ¿Ilusión, esperanza, alegría?

-Es... muy buena noticia. Felicidades. – Titubeó, no se esperaba que la noticia pudiera ser que Horacio volviera a estar cerca de ellos.

-¡Gracias! Aunque hay un problema y eres el único que me puede ayudar...

-A ver, Horacio...

-¡No, espera! ¡No es nada malo! – Horacio trató de apresurarse y cortar cualquier discurso que Volkov pudiera ofrecer. – Osea... ¿Te acuerdas una de las veces que viniste? Me preguntaste cuál era mi plan al salir. Bueno, pues no tengo plan. ¡Pero es que no sé si tengo opciones a plan! – Se pasó la mano por el pelo, nervioso. Ahora la cresta de Horacio era media melena peinada a un lado y en su cabellera pelirroja se veían raíces más oscuras, su tono real de pelo. – A ver, trato de que esto se entienda. ¿Para qué voy a plantearme volver a la policía si no sé si el abuelo me va a recibir con los brazos abiertos? He usado mi llamada para tratar de contactarle, pero no hay manera. Ah... ¿No podrías decirle algo? El abuelo pasa de mí.

Volkov rodó sus ojos a otro punto de la sala; sí, podía imaginar claramente al superintendente rechazando una llamada de la federal sin cuestionar lo más mínimo. Realmente no quería meterse de por medio en la extraña relación que Conway mantenía con Gustabo y Horacio, pero parecía que no tenía mucha más opción. Suspiró pesadamente.

Más de lo que conoces (Volkacio)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum