Capítulo extra

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¡Hola! Bueno, básicamente dos personas me pidieron un capítulo extra de este fic, se me ocurrió una idea y lo escribí. 

¡Espero que os guste!



5 años después

Miriam sostenía la pequeña caja en sus manos mientras se mordía el labio inconscientemente. Su pierna temblaba ligeramente, chocando contra el lado del sofá y poniéndola aún más nerviosa, así que la subió junto con la otra, sentándose de piernas cruzadas.

—¡Emma, Elaia! —volvió a llamarlas.

—Mamá, espera, que me estoy haciendo el eyeliner, joder. —se quejó Emma desde el baño.

—Por mucho que te maquilles no se te va a arreglar la cara. —dijo Elaia mientras pasaba por delante del baño, de camino al comedor.

—Calla gilipollas. —le contestó la otra.

—Emma, no insultes a tu hermana. —la regañó Miriam.

—¡No es mi hermana! —gritaron indignadas las dos a la vez.

—Que vengas ya.

Se oyó un resoplido y el ruido del grifo. Elaia fue la primera en llegar, seguida poco después por Emma.

—¿Qué quieres? —dijo la ultima, cruzándose de brazos delante de su madre.

Elaia estalló en una carcajada al verle la cara.

—Estás horrible. —dijo riendo.

—Me estaba intentando maquillar. —se quejó Emma.

—Intentando es la clave.

En efecto, se había quedado a medias. Tenía solo un ojo maquillado, con el eyeliner mal hecho y medio borrado.

—Por lo menos yo me intento maquillar, no como tú.

—Perdona pero no necesito maquillaje porque mi cara ya está bien así, gracias. Es lo que tiene nacer guapa.

Miriam rodó los ojos. Aquella escena no hacía más que convencerle de que estaba haciendo lo correcto. Necesitaban aquello.

—Por empezar, las dos sois guapas y el maquillaje no sirve para arreglar nada. Es bonito y una forma más de arte. Punto. ¿Podemos pasar a lo importante? Os he llamado por algo.

—Pues va, que he quedado. —resopló Emma.

Miriam alzó una ceja, mirándola desafiante.

—A mí no me contestes así que mira lo rápido que des quedas.

—Perdón. —murmuró.

—A ver, chicas. —empezó la gallega. —Como ya sabéis, la boda es en una semana.

—Como para no saberlo, si es lo único de lo que habláis. —refunfuñó Elaia.

—Lo entenderás cuando intentes organizar una boda. —suspiró. —El caso es que, tengo aquí los anillos. —dijo, enseñándoles la pequeña cajita. —Y os quería pedir si podíais guardarlos vosotras en un sitio seguro hasta el día de la boda.

—¿Qué? —exclamó Emma. —¿Por qué nosotras?

—Porque yo estoy hasta arriba con todo, que si las flores, el catering, los invitados... No sé ni dónde tengo la cabeza. Y Amaia... bueno, todas sabemos que es un desastre. La quiero muchísimo, pero no me fío de ella para esto. Y creo que vosotras ya sois lo suficiente responsables para haceros cargo. Además, sois vosotras las que llevaréis los anillos igualmente.

Love Me Good, Hate Me BetterWhere stories live. Discover now