I. Ahora esta en calma

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POV Flavio:

Sonó de repente el despertador, por lo que me sobresalté y caí de la cama. Mierda, que nos vamos ya, joder. Al recordarlo, simplemente suspiré, saqué mi maleta y empecé a vestirme rápido.

Me puse una camiseta negra y empecé a buscar los pantalones por debajo de la cama, hasta dar con ellos y ponermelos. Me pongo los zapatos sin desatar y resoplé mirando el reloj. Mi madre me mata, bf.

Al terminar, escuché un grito desde el piso de abajo.

– ¡FLAVIO! ¡QUE NOS VAMOS! – gritaba mi madre con un tono alegre, tal y como es ella, vaya.

Bajé corriendo las escaleras con la maleta recolocandome las gafas y entré a la cocina, cogí una manzana y empecé a comerla en lo que bajaban las maletas que quedaban. Al terminar de bajar todo, simplemente salí, subí al coche, me puse música y empecé a escuchar canciones lentas y relajantes mientras me quedaba apoyado contra el cristal, notando como se me iban cerrando solos los ojos.

Me puse toooda la playlist enterita para el viaje, 98 canciones, como para no quedarme dormido, que efectivamente, me dormí en todo el viaje.

Al despertar, me froté los ojos y lo primero que ví fue una calle inmensa de Madrid. Era impresionante, la verdad que nada que ver con Murcia, vaya.

Llegamos al nuevo piso y nos fuimos instalando, solo me quedaba descansar hasta el día siguiente, que sería mi primer día en el instituto.

Básicamente, durante el día hice la mudanza de mi habitación. Entras y al fondo a la derecha te encuentras la cama junto a un escritorio justamente a su izquierda, que a su vez me sirve como "mesita de noche". No puse mucho más ya que venía cansado y me daba más bien pereza.

A la hora de cenar...

Bajé a cenar, teníamos pizza pedida a domicilio, ya que todavía no habíamos instalado la casa entera como para ponerse a cocinar. Nos pusimos a comer mi hermana y yo en lo que nos empezó a hablar mi madre.

– Vosotros mañana tranquilos, eh, y a hacer amigos, y a estudiar, claro está – sonreía mientras lo decía, en lo que yo estaba más pendiente de meterme la mitad de la pizza en la boca.

En verdad yo estaba más bien cagado, odio las presentaciones, y más en un instituto, tantas miradas puestas en ti... si no puedo ni con las exposiciones... madre mía, vaya cuadro se avecina mañana.

– Seguro que sí, si Flavio necesita algo, que me busque, que no pasa nada – decía mi hermana sonriente y acariciandome la mano.

La verdad, es de las pocas personas que me reconfortan y lo agradezco, es como mi mejor amiga aunque a veces nos peleemos, le cuento básicamente todo igual que ella a mí. Es un pilar fundamental en mi vida.

– Y como sabréis... tenéis que trabajar también un poquito, repartidor, camarero... cosas así, ¿no? – nos decía mi madre con un tono algo mas serio.

– Mamá... tu sabes que yo para llevar bandejas... no – me recolocaba bien las gafas, me rasqué la nuca y ella me asentía.

– Bueno, siempre puedes hacer espectáculo con el piano, ya sabes, para algo fue el conservatorio – me sonreía mientras yo me sonrojaba más.

Era una opción tentadora, para qué mentir. Aunque fuera delante de mucha gente... realmente hago lo que quiero y gano dinero... supongo que así podría superar mi vergüenza.

Tras cenar, recogí las cosas, subí a mi habitación, me tiré en el colchón y caí rendido. Mañana me esperaría un día bastante duro.

Palomitas de maíz || FLANAJU {Flavio y Anaju}Where stories live. Discover now