Capitulo 5.

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Me adentre a la cueva por la que conocía bien el camino en dirección a Eira.

-Hola- salude entrando y suspire al ver que no había nadie- tenemos un problemita.

-No se muy bien que paso en el pueblo, pero al parecer hay una rebelión o algo así contra el jefe, y el y algunos vikingos que parecen que no son de aquí se adentraron a las cuevas. Creo que debes esconderte.

Eira me miraba fijamente y resoplo, se levanto y giro sobre si misma para luego acostarse dándome la espalda.

Fruncí el ceño.

Me trepe en ella, hasta llegar lo mas arriba posible y camine hacia su cabeza que estaba entre sus patas, de ahí me baje y me coloque frente a ella.

-¿Por qué tengo la impresión de que no te preocupa que puedan encontrarte?- pregunte, ella solo me miraba y luego cerraba los ojos dispuesta a dormirse.

-¿Hay algo que sepas que yo no?- pregunte. Eira puso los ojos en blanco y con su aliento helado apunto tras de mi y disparo, mucho.

Fruncí el ceño al ver lo que había hecho, había lo que parecía ser una entrada como una cueva, me adentré poco a ella y vi que esta dirigía a distintas partes.

-¿Estas diciendo que hay mas partes por las cuales ir y que llevan a distintas partes?- pregunte regresando frente a ella.

Ella solo asintió en respuesta.

Bufé y le di la espalda.

-De haber sabido hubiera ido a curiosear en estos cuatro años, aunque no estaba aburrida- comente sarcástica.

Solo sentí como la brisa de Eira me recorrió por la espalda haciendo pasar mi cabello suelto hacia mi cara. Cuando me gire a verla ella tenia una de sus medias sonrisas burlonas por la situación.

-Bueno, a diferencia de ti que si me preocupo iré a buscarlos para evitar que te encuentren- comente.

Camine hacia el muro de hielo que aun permanecía ahí con un hueco rectangular, era por donde había entrado la primera vez después de caer, en dirección contraria hacia donde Eira solía ir para comer, la pared seguía intacta a cuando había llegado por lo que si Eira había ido para ese camino solo fue cuando me ayudo; o eso suponía porque no conocía otro dragón escupe hielo que se encontrara en la isla que me hubiera colocado en una superficie de hielo.

Por lo que sabia nos encontrábamos en lo mas profundo de la isla, eso era lo que me había dicho la larga caída que tuve.

Corrí por la inmensa cueva que al inicio había supuesto que Eira había usado hasta cierto punto, hasta que llegué a un lugar sin mas camino, siendo donde había caído.

Alcé la vista y vi a lo lejos lo que parecía ser un pequeño pedazo de roca que se extendía en ciertas partes de la cueva y en otras no, suponiendo que el hielo cubría mayor parte.

Como casi había hecho en el bosque, formé escalones hacia arriba en espiral y comencé a subirlas rápidamente, hasta que me detuve.

Se escuchaban unas voces acercándose por lo que decidí formar un camino hacia la pared de roca y esperar ahí escondida, desapareciendo los escalones anteriores para que no los vieran.

-Wow- dijo otra voz de hombre. Miré a mi alrededor y sobre mi vi que frente a ellos estaba el ahora inalcanzable camino que yo había intentado una vez cruzar y fallar, a los costados del camino y casi en todas partes había hielo de Eira en grandes cantidades.

Bajé la vista y debajo de mi hacia la dirección contraria de la que vine, había abertura llena de hielo, si uno caía ahí, de seguro se muere.

The Last Byenerian; H. HaddockWhere stories live. Discover now