Sweet Lady

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Día 5

Tema: Tienda de dulces

Shipp: Roger Taylor x Dominique Beyrand

Etiquetas: FLUFF

Caminaba por las calles de Múnich de la mano de su novia. Lo había visitado de sorpresa mientras trabajaban en el siguiente álbum de la banda. Traía una sorpresa con ella, no sólo quería visitarlo, sino también enseñarle cuánto había crecido el bebé que se gestaba en su vientre en su ausencia.

Soltó su mano en una esquina antes de cruzar la calle para poder rodearla por la cintura y con la mano contraria acariciar su vientre. Ella le entregó una sonrisa enternecida y colocó la suya sobre la de él.

El semáforo cambió, pero un burbujeo proveniente del vientre de la mujer lo hizo distraerse. Se alejaron un poco del cordón de la vereda para impedir el paso de quienes quisieran alcanzar el otro lado y la miró.

—¿Dom?— Ella rió despacio.

—Olvidé decirte que también hace eso ahora.

Roger sonrió sintiendo los curiosos movimientos de su bebé hasta que se detuvieron. Retiró la mano para seguir caminando y volvió a abrazarla.

—¿Y cada cuánto se supone que lo hace?— Cuestionó el rubio unos pasos más adelante, quería sentirlo de nuevo.

—Lo hace un par de veces en el día.— Contestó ella con una sonrisa.— En realidad, dicen que siempre lo hacen, pero no siempre llego a sentirlo, ¿sabes? Aunque Deacy me dijo hace un rato que suelen hacerlo cuando la madre come algo dulce. Dice que a Veronica le funcionaba.

—Entonces, ya sé a dónde iremos.

Comenzó a guiar a su pareja hasta una pequeña dulcería donde solían comprar golosinas con sus compañeros para consumir mientras jugaban al Scrabble en las pocas noches que por algún motivo no salían a algún club. Empujó la puerta y dejó pasar a Dominque, saludó a la empleada y tomó una canastita para comenzar a elegir la mercadería. Tomó infinidad de chocolates y caramelos ante pequeñas risitas de su novia que conversaba con la muchacha detrás del mostrador.

—Amor, creo que te faltó un estante sin vaciar por allí,— bromeó ella señalando un lugar al azar.

—Pero quiero que se mueva otra vez,—la miró con ojos de perrito a los que ella no se pudo resistir y acabó besándolo mientras la chica que los atendía marcaba los productos.

Regresaron a la casa y Roger cargaba la para nada pequeña bolsa. John leía un libro en la sala y levantó la vista de él para saludar.

— ¿Qué...? Oh, te dijo, —rió. Imaginaba lo emocionante que debe haber sido eso para su amigo.

La pareja le sonrió a John, se disculparon con él y fueron a la habitación de Roger.

Se recostaron en la cama y él abrió un chocolate que iba dándole a Dominique de a trocitos.

—Ni pienses que acabe engordando sólo para que tú lo sientas moverse cada vez que te encapriches.

—Sólo esta vez. No te haré comer todo en dos días, —rodó en los ojos, aquella era su idea.

La abrazó por los hombros y besó su frente y así permanecieron hasta que ella sintió un pequeño golpe en su vientre que la tomó desprevenida e hizo que se separara un poco de Roger.

—¿Qué ocurre?— Preguntó alarmado, aunque intentando mantener la calma.

—Creo... creo que acaba de patear.— Respondió luego de meditarlo unos segundos y recordar lo que Chrissie y Veronica le habían comentado el último tiempo.— Y que tendrá tu fuerza.

Roger sonrió, aunque en el fondo le hubiera gustado sentirlo a él también.

Sus intentos continuaron hasta que Dominique regresó a casa, algunos tuvieron éxito y otros no tanto. Pero todos demostraron que ambos aguardaban ansiosos por la llegada de su pequeño o pequeña.


Buen día! Aquí el quinto día de la Queen Week. Es la primera vez que no escribo un shipp que no involucre a John, y ya vieron que no me resistí mucho a meterlo por ahí a hacer acto de presencia.

Espero que les haya gustado. Hay bastante azúcar, buen momento para decirles que no me responsabilizo por casos de hiperglucemia en la audiencia. 

Nos leemos mañana!

Queen Week 2020Where stories live. Discover now