I'll never look back in anger

487 24 53
                                    

Día 9

Tema: Tormenta

Shipp: Dealor (Roger Taylor x John Deacon)

Etiquetas: HURT/COMFORT

La lluvia caía sobre las aceras desiertas de aquel barrio londinense. A John no le importaba mojarse, sólo quería huir de Roger. Quería alejarse de su casa. Había regresado de visitar a su hijo y pasar la tarde con él en casa de su ex-esposa y se encontró con que el rubio se encontraba acompañado. Conocía a la chica que estaba con él, Deborah, la había conocido mientras grababan One Vision. Taylor le había asegurado que era sólo una amiga. Qué ingenuo había sido.

Corría por la calle anegada, sabía que el rubio lo estaba siguiendo y sólo quería hacer que lo perdiera de vista.

—Maldito,— masculló. El frío, la velocidad a la que intentaba correr y el llanto le dificultaban respirar. A pesar de su entrenada resistencia, se vio obligado a detenerse. Se arrepintió al sentir una mano sobre su hombro y como disminuía la cantidad de lluvia que caía sobre él. Alzó la vista y reconoció el paraguas que lo cubría.

Quiso soltarse y seguir corriendo, pero Roger fue más rápido y le tomó el brazo.

—Déjame.— Volteó y lo miró. Su pecho subía y bajaba con rapidez.

—John, sólo déjame llevarte a casa. Sé que estás enojado, pero estás empapado. Hace frío. Por favor.— Notó que algo andaba mal, y sabía perfectamente a qué se debía. No era la primera vez que el castaño sufría un ataque de pánico, y el último tiempo se habían vuelto moneda corriente.

Lo ayudó a caminar hasta un lugar donde hubiera un techo que los cubriera al menos un poco de la tormenta.

—Ya,— susurró colocando una mano sobre el pecho del menor.— Tranquilo, respira.


Regresaron a la casa en cuanto John se sintió mejor. Roger lo ayudó a secarse y preparó té para ambos. Por unos minutos lo único que se oyó en la sala fue el sonido de la tormenta que continuaba azotando con fuerza.

—¿Cómo te sientes?— Preguntó el rubio cuando no soportó más aquel silencio. Deacon sólo asintió y permaneció callado un rato más.

—¿Por qué lo hiciste?— Apenas alzó la mirada de la taza.

—No te daré excusas tontas, John. No sé por qué ocurrió. Debbie vino y...

—¿Roger? ¿Estamos teniendo una discusión como esta y tú la llamas Debbie?

—Deborah, perdón. Deborah vino y ni siquiera recuerdo cómo es que comenzamos con eso.

—Sólo te dejé sólo una tarde para pasarla con Robert. ¿Y tú la invitaste a traicionarme en mi propia casa?

—No hay excusa para eso, John. Sé lo que hiciste, y lo que yo hice. Pero no la invité a traicionarte. Creo que ni siquiera la invité a venir. Puedes enojarte si quieres. Pero no quiero que creas que esto ocurrió porque no me importas, Deaky. Sólo... soy un imbécil por cometer tantos errores.

El castaño suspiró molesto. Dejó la taza en la mesita y lo miró con los ojos cristalizados. Roger se acercó un poco más a él y tomó sus manos. La mirada de Deacon volvió a fijarse en su regazo.

—Comprenderé lo que quieras hacer, pero en serio nunca tuve la intención de lastimarte y nunca la tendría. Mírame, —lo tomó de las mejillas y lo obligó a verlo.— Te amo.

Y en el momento en que lo obedeció, John no pudo continuar resistiéndose. No pudo seguir haciéndose el difícil.

—Y yo te amo ti, Rog... —susurró. El mayor acarició sus mejillas y luego se acercó para besarlo.

Quizás tendría que soportar sus respuestas cortantes por un par de días, pero sabía que lograría que se el enojo pasara.


Buenas! Acabo de terminar este, me costó muchísimo y ni me convenció. Pero no quería dejar pasar un día. No me gustan esos desenlaces rápidos, pero había pocas palabras.

Espero que les guste y nos leemos mañana!

Queen Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora