- ¿Alba?
- ¿Dos semanas y ya no te acuerdas de mi voz? – dijo la rubia de pie en el quicio de la puerta de la habitación de Natalia.
- ¿Qué... qué haces aquí? – preguntó la morena mientras se sentaba en la cama haciendo saltar a Queen de su regazo con un maullido de protesta.
- He venido para que hablemos, creo que ya va siendo hora. – Los nervios que Alba sentía la hicieron sonar más seria de lo que pretendía, así que decidió sentarse al lado de Natalia y cogerla de la mano.
Natalia en cuanto sintió el suave tacto de Alba en su piel se derrumbó, habían sido los peores días de su vida después del accidente y esta vez si eran por su culpa. Las lagrimas comenzaron a bajar por sus mejillas y sentía que en cualquier momento su mundo se iba a parar para siempre. Todo ese miedo a que Alba dijera que se había acabado se hizo tan real que por un momento pensó en levantarse y salir de ahí, pero entonces recordó las palabras de su madre, no podía vivir siempre con el miedo. Aun así ese temor acabó transformado en palabras.
- Si vas a dejarme hazlo rápido. – Pidió entre sollozos.
- ¿Por qué iba a dejarte? – Alba frunció un poco el ceño, esa manía de Natalia de asumir las cosas. Bufó y soltó la mano de la morena – Nat si quisiera dejarte ya lo habría hecho.
- ¿No quieres dejarme?
Levantó un poco la cara y Alba no pudo evitar morir de ternura, esa mujer de metro ochenta llena de lágrimas y con la voz temblorosa por creer que se podía acabar. La quería, a pesar de todo, la quería de una forma que no podía ni explicar. Puso su mano en una de las mejillas de Natalia y ésta instintivamente cerró los ojos y acunó un poco su rostro en el tacto, solo Alba sabía calmarla. Respiró profundo varias veces.
- Cariño, no quiero que lo dejemos. – Su voz sonó casi como un susurro – Si me pasé una semana en la mierda pensando en que me habías dejado tú. Suerte de María y Sabela.
- Lo siento. – dijo separándose un poco de ella y cogiendo sus manos nerviosa – Me agobié y dije cosas que no pensaba.
- Si las pensabas y no pasa nada, lo entiendo. – Alba separó sus manos y entrelazó sus dedos con los de Natalia – Pero quiero que te quede algo claro, para mi tu siempre has sido y serás mi prioridad. Y si ese día me hubieras dejado hablar te habría dicho que en realidad había logrado que fuera Julia a Cádiz para poder estar contigo el fin de semana. – Natalia se sorprendió al escuchar a Alba decir eso y se sintió aún más idiota.
- Soy una idiota integral. – Alba rió y ya no pudo aguantarse más las ganas de besarla así que lo hizo.
- Pero eres mi idiota.
Fue un beso corto, al menos al principio, solo los labios de la bajita acariciando los de la alta, pero en cuanto Natalia reaccionó tomó a Alba por la nuca y lo convirtió en un beso mucho más profundo y apasionado. Dios la había echado tantísimo de menos, pensó. Sus lenguas luchaban por el control y las manos ya comenzaban a buscar la piel debajo de la ropa, pero aún no era el momento y Alba lo sabía. Quedaba mucho por hablar. Lentamente se fue separando y dejó su frente apoyada en la de la morena que suspiró de alivio.
- Te quiero mucho Nat, tanto que pensar que podía perderte me rompió y no quiero volver a sentirme así nunca. – Natalia apretó un poco los labios tragando la culpa que seguía azotando su interior – Te he dado el poder de destruirme y no era consciente de ello hasta ese momento. Así que ni se te ocurra intentar dejarme de nuevo o me las pagarás – Alba rió buscando quitar peso a esas palabras que tanto pesaban en realidad.
- Nunca más Alba, me da igual donde vivas o lo que nos podamos ver. Es mucho peor cuando no estoy contigo. – Estaba siendo todo lo sincera que pudo – Me dejé llevar por el miedo, pero el miedo no me hace feliz y tu sí. Perdonamen por favor.
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Una semana contigo
FanfictionLa vida de Natalia dio un giro de ciento ochenta grados el día que un accidente de coche le arrebató el sentid de la vista, ahora adaptaba a su nueva realidad sigue pudiendo vivir de su pasión, la música, aunque no como a ella le habría gustado. Alb...