Estoy respirando todo su humo.

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—Alguien que me recuerde por qué vine.

— Porque amas demasiado al idiota de Yoongi.— Respondió Taehyung. Se veía muy bien con el cabello negro y largo que caía un poco sobre sus ojos.

— Ni siquiera sé dónde está. Es el anfitrión de la fiesta y no aparece.— Se quejó.

— Debe estar arreglándose. Siempre es así cuando son sus fiestas.

Jennie asintió. Nunca había estado en sus fiestas, así que no sabía cómo sería todo.

— No te preocupes.

Se sobresaltó un poco al escuchar la voz de Rosé. Por primera vez notó como sus palabras no salían lentas y perezosas.

— No he fumado, ni bebido nada. Sólo por si las cosas se ponen mal.

Jennie casi llora. Estaba escuchando a su verdadera amiga.

— Rosie.

La rubia sintió sus ojos húmedos. Ese apodo meloso que hace mucho no escuchaba, le calentó el corazón.

— Ya no quiero esto. — Admitió. Los ojos brillantes por las lágrimas acumuladas.— No quiero hacerlo. No quiero buscar refugio en esto. Ya no más.

Y ahora fue el turno de Jennie para llorar. De felicidad y alivio. Pensó en lo perfecto que sería escuchar a todos decir esas palabras.

— Cuando hablé contigo, todo hizo click.— Confesó. — Sólo vine porque quería estar contigo, Jen. Porque eso harían las mejores amigas. Sé que tú también harías eso por mí. Y todos hemos estado ignorando tus palabras. Estamos cegados. Pero yo ya no soporto sentir que me desmorono. — Continuó.

Jennie quiso llorar aún más y antes de poder decir algo, los gritos eufóricos de los presentes le perforaron las orejas.

Llevó la mirada al frente. Sus ojos se abrieron de par en par al ver de quién se trataba.

El maravilloso Min Yoongi hacía su entrada triunfal. Luciendo más que refinado en aquel atuendo. Jennie en otra ocasión hubiese amado darle un gran beso. Pero no era el momento.

El chico aún no la había visto, su gran sonrisa lo delataba. Jennie desearía verlo sonreír de esa manera, más seguido.

—¡Bienvenidos a la mejor fiesta del año!— Exclamó.

Jennie se tapó las orejas. Los gritos que todos los chicos pegaron —menos ella y la rubia— casi la dejan sorda.

—Creo que no fue buena idea venir.— Se acercó para susurrarle a Rosé.

La rubia mordió su labio inferior.

— Espera un momento.— Le pidió.

Jennie la escuchó tan ansiosa y desesperada, que le hizo caso. No esperaba hablar con Yoongi, lo veía muy complicado.

Pero todos esos pensamientos desaparecieron cuando el chico pálido, fijó la mirada en su grupo de amigos que disfrutaba de la fiesta.

Los ojos en una chica. Su corazón latiendo fuerte. La mente confusa.

Ni siquiera lo dudó dos veces. En un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba frente a ella.

Rosé veía la pequeña interacción, casi que inexistente. Nadie decía nada. Era como si tuvieran cinta en la boca que no les permitiera hablar.

Y si se tratase de expresar todo lo que sienten, sería exactamente igual. No podían abrirse de esa manera frente al otro, menos después del daño que se causaron con sus palabras.

— Yoongi...— Susurró.

A pesar de que la música estuviese alta y que sintiera los oídos sangrar por su elección de canciones, supo que él la había escuchado cuando vio un pequeño brillo en sus ojos.

Quiso decirle algo. Pero cuando pudo articular una sílaba, ya Yoongi la estaba llevando escaleras arriba.

xanny » yoonnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora