Dos está de mas

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Conforme las manecillas del reloj avanzaban, Ryan se disponía tristemente a romper una centena de rosas teñidas con un fuerte tono carmín que se iban desvaneciendo en aquel río, su torso en conjunto con piernas y algunas otras partes se encontraban mojadas, no era la gran ciencia, simplemente estaba en medio de la corriente de agua esperando que comenzara a llover. Dime si no es lindo, esperar algo con tantas ganas aunque sea imposible. 

Y ahí estaba el tonto Ry, porque sí, porque al resto le aburrían 4 letras y decían que 2 era más lindo, porque mientras menos mejor, en todo excepto en algunas cosas, aquí la lista de excepciones:

Las hojas de su libro favorito
Los chocolates en una cuidadosa caja de papel sumamente destructible
Los gatitos en el parque
Los llaveros en su mochila
Los marcadores para dibujar en cada momento libre
Los trocitos de papel para la inspiración
La cantidad de canciones en esa playlist que le provoca sentir un segundo infinito
Las veces que observa esos ojos que tanto te gustan
Las veces por pasar en aquellas calles que le traen tantos recuerdos
Las ocasiones en que guarda plumas perdidas por los pasillos... son útiles pues aunque no lo pareciera, ayudan a conseguir la gran frase de socializar cada mil años... o siglos

-Ry, préstame un bolígrafo que lo he perdido.
Ufff... que le dijeran eso era un milagro divino y siempre provenía de alguien diferente, con ellas descubrió que en su clase existían 36 descuidados chicos y un joven castaño de tez algo bronceada, hermosa letra y divinos ojos, así como 3 chicas que nunca perdían aquel labial rosa o rojo sin especificar con el cual daban nueva forma a sus labios aunque para el era algo horrible que se hacían a sí mismas. 

Ese era su pasatiempo, observar al resto y encontrar cosas perdidas cual pequeña criatura. Lo mismo pasaba en los rios, buscaba todas las flores que habían sido arrancadas por niños traviesos, se acercaba a la corriente y las colocaba ahí porque decía

-Ry, dame cosas que ames, las he perdido. 



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Una vez llegados a éste punto, quiero dar gracias infinitas por leer los primeros 25 capítulos de cosmos, esperando que disfrutaran de mi pequeño corazón expuesto al público entero, solo soy un chico de 19 años actualmente pero... deseaba con todo mi corazón expresar lo que me ha pasado en éstos últimos 3 o 4 años quizás, he perdido la cuenta para ser honesto, igualmente los invito a continuar leyendo en la segunda parte titulada "Pequeño neptuno" sé que no se arrepentirán.
Aprecio mucho que gasten sus minutos en leerme y espero pronto poder leer algo de ustedes también. 

Con todo el amor de la vida (incluyendo mi amor propio): Su pequeño escritor Ren. 

Cosmos: El chico de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora