1

50.1K 4K 1.6K
                                    

Es medianoche

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Es medianoche.

Salgo corriendo del bar con una bolsa plástica sobre la cabeza en un intento de no mojarme el pelo debido a la lluvia. Entro al auto, que está esperando por mí, y suspiro aliviada al sentir la comodidad del asiento.

Observo de reojo a Seth, luce muy serio y no me ha dirigido la palabra desde que entré, tampoco se ha dignado a mirarme. Su pelo negro yace a un lado, cubriéndole parte del rostro. Sus manos sujetan con fuerza el volante haciendo que sus nudillos se vuelvan blancos por la presión que ejerce. Desvío la mirada con pesar, al parecer hoy no está de buen humor. Casi siempre es lo mismo con él.

Llegamos a lo que se podría decir que es "nuestro hogar". Las calles no están iluminadas, el barrio a esta hora es sombrío y frío. Solo personas que aprovechan la oscuridad y falta de seguridad transitan por estos lados, y los que por obligación —como nosotros— debemos trabajar hasta tarde.

Salgo del vehículo sabiendo que Seth no me abrirá la puerta, nunca lo ha hecho y sé que no lo hará. Tampoco es que espero o quiera que lo haga, no necesito un caballero de brillante armadura.

Entro detrás de su delgada y alta figura.

—La energía eléctrica está averiada de nuevo. —Enciende una linterna y se dirige hacia la cocina.

No respondo, espero tranquila, sentada en el viejo sofá y me retiro los tacones. Estiro las piernas adoloridas, ser mesera en un lugar donde está infestado de borrachos es sumamente agotador. No solo por las veces que tengo que ir de aquí para allá, sino también porque tengo que estar cuidándome de que nadie se propase conmigo.

Una vela ilumina el lugar. Seth se tumba de manera despreocupada al otro extremo de mí, su cabeza se echa hacia atrás y cierra los ojos. Su piel es muy blanca en contraste con su pelo negro azabache, sus ojos avellanas son un misterio. Recuerdo la primera vez que lo vi, pensé que ese día acabaría mi vida en un rincón de ese sucio baño.

Había discutido con el que era mi pareja, estaba violento y me golpeó sin compasión. Seth me encontró y me ayudó en silencio. Estaba rota, por dentro mucho más que por fuera, y eso él de alguna forma lo sabía. Me trajo a este lugar y curó mis heridas. Desde esa noche no volví a ver a Jules nunca más.

Me intrigaba que Seth fuera tan callado, casi no lo veía, solo preguntaba si necesitaba algo y se retiraba. Nos fuimos acercando poco a poco, no porque estuviéramos enamorados, sino porque nos sentíamos solos. Le pude sacar una que otra información: es huérfano, trabaja en un taller gracias a un amigo de los pocos que tiene. De vez en cuando participa en peleas callejeras por dinero, razones por las que tiene algunos tatuajes para cubrir unas cuántas cicatrices que le han hecho en las luchas.

Nunca hablamos de lo que sentimos, no puedo decir que lo amo, solo se siente bien su compañía.

—Ven aquí. —Extiende su mano. Me acerco y me siento a horcajadas sobre él, sujeta mi cintura con una mano y con la otra toma mi cabeza para que lo bese.

Es muy frecuente que se encuentre así, sus ojos opacos y melancólicos. Me besa con brusquedad y muerde mi labio inferior, su boca se mueve hacia mi oreja y luego a mi cuello. Paso mi mano por su pelo y acaricio su cuero cabelludo.

—No sé qué haría sin ti —susurra, mirándome directo a los ojos.

Lo abrazo con fuerza, sé que esta noche necesita todo de mí. Lo sostengo y siento cómo todas nuestras piezas rotas una a una se van uniendo.

══ ✧ ❀ ✧ ══

—Emma Hills, veinte años. —El rubio interrumpe la exhaustiva observación que le hacía al salón donde nos encontramos. Asiento y cruzo las piernas mientras trato de enfocarme en lo que dice—. Estudiante de enfermería, bailarina... —Retira sus ojos del papel y me mira, alzando una ceja—. No tienes experiencias para el área que requiero.

El corazón se me acelera y bufo con disimulo.

Es la enésima vez que me niegan un trabajo decente por mi falta de experiencia. ¿Cómo quieren que la obtenga si no me dan la oportunidad?

—He cuidado niños, señor Brooke, puedo con esto.

Junto las manos en señal de súplica. Me mira con intensidad y asiente, dudoso.

—Mi madre es muy mayor, señorita Hills, y encima de eso enferma, necesito a alguien apta para cualquier imprevisto. Además de la edad, usted es muy joven.

Se levanta, dando por terminada la charla, lo imito con los ánimos por el suelo.

—Entiendo. ¿Puede darme mi hoja de vida, por favor?

A estas alturas ya estoy molesta, odio perder el tiempo.

El señor Brooke se queda paralizado mientras me observa, su mirada azulada me recorre entera y esto hace que me sienta muy incómoda.

—Mejor me quedo con esto. —Mueve el papel—. Lo pensaré y puede que te llame.

Sonrío al escucharlo, hay una esperanza para mí.

—Muchas gracias...

—Gracias a ti por venir.

Salgo de la mansión, emocionada y con las fuerzas renovadas.

Caminar entre la casas lujosas de este residencial me hace sentir fuera de lugar, mi vestuario no es muy bueno que digamos y eso que busqué lo mejor que tengo para esta entrevista. Si ese señor me contrata, hasta podría dejar el bar y dedicarme a estudiar de nuevo.

Abro mi monedero y reviso con cuánto cuento para tomar un autobús hacia el taller donde trabaja Seth, muero por decirle cómo me ha ido.

══ ✧ ❀ ✧ ══

Entro al lugar y percibo el olor a aceite y caucho. Saludo a John y Axel, compañeros de Seth.

—Miren a quién tenemos por aquí.

John se me acerca y me da un beso en la mejilla.

—Está por allá tu hombre —bromea Axel, haciéndome reír.

Me muerdo la lengua para evitar decir que se equivoca, Seth no es mío y nunca lo será.

Camino por entre las chatarras y logro verlo debajo de un vehículo charlando con Linda, la cajera del taller. Ella es una morena de ojos grises, muy hermosa, que ha estado enamorada de Seth desde siempre. Me ve y su humor cambia de manera drástica, observo cómo rueda los ojos y se cruza de brazos.

—Hola —saludo llamando la atención de él, sale de debajo del auto y toma una toalla —muy sucia— para "limpiarse" las manos.

—Em —dice acercándose—, ¿cómo te fue? —Hago un gesto con las manos indicando "más o menos". No quiero hablar delante de ella. Asiente y vuelve a lo que estaba—. Ya casi termino, espérame para ir a casa juntos.

Sonrío con satisfacción al ver a Linda irse enojada hacia su puesto.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Fragmentos © (Disponible En Físico) [Completa]Where stories live. Discover now